El beneficio de los "robots sociales" en el hospital
Cuando sus creadores bautizaron a Huggable lo hicieron con una intencionalidad clara. Así lo refleja el nombre (abrazable) y también su forma: un osito de peluche de suave colores. Su primera versión tuvo lugar en 2006, una fecha que parece estar a años luz de la robótica actual. Sin embargo, el objetivo no ha cambiado.
A lo largo de estos años, los creadores de Huggable han perfeccionado este robot social para que interactúe con las personas. Este tipo de máquinas amables no son nuevas. En Japón, de hecho, existe una tradición asentada de robots-animales que hacen compañía a sus dueños. Algunos peluches, como la foca Nuka, se han hecho famosos por su uso como mascotas robóticas.
Este tipo de robots sociales ya se han probado en entornos sanitarios. Y sus efectos se han comprobado en pacientes que necesitan compañía o distracción. En este sentido, los resultados obtenidos por Huggable son muy interesantes. Un estudio realizado por el MIT ha empleado a este robot social para distraer a niños hospitalizados.
Para llevar a cabo la investigación, se formaron tres grupos. A uno de ellos se les permitió jugar con un osito de peluche normal, a otros se les dio a Huggable y el tercer grupo interactuó con una tableta que contenía un avatar virtual de Huggable. Los resultados fueron claros. Aquellos que jugaron con el robot social experimentaron más emociones positivas.
Los niños, además, se movían más. Se levantaban más de la cama y conectaban emocionalmente con el robot , haciéndole preguntas personales. Los padres también afirmaron que el robot social había sido beneficioso para sus hijos.
Hacia un robot plenamente autónomo
El osito robótico se controla actualmente por remoto. Un cuidador especializado maneja sus movimientos y su voz. Los cuidadores usaban al robot para hacerlo cantar canciones a los niños o jugar con ellos a juegos.
Sin embargo, los creadores de Huggable señalan que el objetivo final es que el robot sea totalmente autónomo. Aún queda para esto, aunque los cuidadores especialistas, que normalmente acompañan a los menores cuando estos pasan temporadas en el hospital, seguirán siendo imprescindibles. Y es que la labor del osito artificial es complementar el trabajo que ya se desarrolla.
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