Autismo e inclusión

Lunes, 08/04/2019
Las personas autistas tienden a encerrarse en su propio mundo y no logran desarrollar empatía ni interés hacia las emociones de los demás.
La Razón

Existe consenso en el mundo científico de que el autismo no es una enfermedad. Se trata más bien de una estructura cerebral distinta a los modelos neuronales típicos, que da lugar a comportamientos y formas de ver el mundo diferentes a las “normales”. Por ejemplo, las personas autistas tienden a encerrarse en su propio mundo y no logran desarrollar empatía ni interés hacia las emociones de los demás.

Este comportamiento los conduce a aislarse socialmente y a convertirse en víctimas de burlas y agresiones constantes.

Por otro lado, los familiares y profesores de niños autistas atraviesan dificultades en extremo complejas, pues los métodos de crianza y de enseñanza tradicionales no dan buenos resultados en ellos. De allí que muchos padres se sienten culpables cuando por ejemplo no logran entrar en el mundo de sus hijos, salvo cuando ellos se los permiten.

Por estas y otras razones, la comunidad internacional decidió conmemorar cada 2 de abril el Día Mundial del Autismo, a fin de concientizar a la población respecto a las particularidades de esta condición, con el propósito último de impulsar la construcción de una sociedad más inclusiva en la que las personas autistas, y en particular los niños, sean tratadas con respeto y tolerancia.

Esto por un lado, pues esta fecha también sirve para recordar que en muchos países como Bolivia los hogares con familiares autistas deben lidiar con el desafío que esto implica sin ninguna asistencia del Estado, ni en materia de salud ni en educación, y que debería ser responsabilidad de los gobiernos apoyarlos en esta cruzada cotidiana.

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