Autocuidado y automedicación, ¿son lo mismo?
Ante el riesgo de contagio con COVID-19 y las nuevas rutinas, muchas personas han prestado mayor atención a su salud física y emocional e incorporar hábitos saludables. Sin embargo, algunos han confundido la automedicación y la autoprescripción.
Para empezar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como "la capacidad de las personas, familias y comunidades para promover la salud, prevenir y hacer frente a enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica”.
La automedicación es una parte importante del autocuidado, se define como el uso de medicamentos por iniciativa propia, sin intervención médica en el diagnóstico, prescripción y supervisión del tratamiento. Los medicamentos de venta libre u OTC (sobre el mostrador) juegan un papel determinante para tratar tempranamente condiciones frecuentes y/o leves como diarrea, dolor abdominal, rinitis alérgica, artrosis y baja masa muscular. Estos medicamentos tienen esta condición ante DIGEMID debido a que tienen un buen perfil de eficacia y seguridad y han sido comercializados en el país por varios años. Estos se deben usar de acuerdo con las indicaciones contenidas en el producto, del dependiente de farmacia y/o médico.
Por otro lado, está la autoprescripción, que es la venta al paciente de medicamentos de “Venta Bajo Fórmula Médica” sin tener una prescripción; esta es peligrosa, ya que su uso indiscriminado puede provocar resistencia a los antibióticos y eventos adversos, como intoxicaciones, dependencia o adicción. Los medicamentos de prescripción se deben usar responsablemente y de acuerdo con las indicaciones del médico tratante.
De hecho, algunas de las acciones que se pueden incluir en la vida diaria bajo el paraguas del autocuidado son mantener un estilo de vida activo, al hacer ejercicio u otras actividades diarias como subir y bajar escaleras; llevar una dieta balanceada; disminuir el consumo de alcohol; evitar el tabaco, entre otras. Acompañar estas medidas con herramientas de protección como el lavado de manos, el distanciamiento físico y la vacunación que es la mejor estrategia para evitar enfermedades inmunoprevenibles.
A esto se le debe sumar la higiene personal, porque mantenerse aseado evita la transmisión de virus y gérmenes a otras personas y ayuda a prevenir infecciones y otras enfermedades.
Asimismo, atender nuestra salud mental, es otro aspecto importante. El manejo del estrés y del tiempo libre es fundamental para vivir saludablemente. Practicar el diálogo, establecer relaciones sociales y resolver problemas interpersonales son beneficiosas para el aspecto emocional.
Finalmente, el autocuidado influye de forma positiva en nuestras vidas y fomentarlo también implica el uso adecuado de los medicamentos, ya que protege la salud al prevenir, tratar enfermedades y evitar complicaciones, lo que se traduce en beneficios para las personas y para el sistema de salud.
Comentarios