Cambio en la mortalidad
La última edición del Anuario de Estadísticas Vitales 2015, del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), muestra un cambio importante en las causas de mortalidad de la población. El más gráfico es que las muertes por enfermedades infecciosas, prácticamente desaparecieron de los mapas estadísticos, mientras que los cánceres, desplazaron a los problemas cardiovasculares como la principal causa de fallecimiento y las patologías endocrinas y metabólicas irrumpen como causales antes inexistentes.
Esto coincide con lo observado en países desarrollados, donde después de muchos años de esfuerzos en educación y prevención, se ha avanzado significativamente en disminuir la significancia de las enfermedades infecciosas, aumentando la longevidad de la población. Pero, ahora surgen otros problemas: las enfermedades llamadas crónicas que si no son bien controladas pueden afectar la calidad de vida de las personas ocasionando discapacidad o la muerte.
Si bien se han generado políticas como el Auge, que otorga cobertura y tratamiento a las patologías que provocan mayor morbilidad y mortalidad en la población, a la luz de estos antecedentes que nos proporciona el INE, se debería incentivar una evaluación de la efectividad de las medidas que hemos tomado para tratar los factores de riesgo de algunas de estas patologías muy especialmente: Diabetes, Hipertensión, manejo del Infarto Agudo al Miocardio, Cáncer de Mama, Cáncer Cervicouterino, Cáncer de Próstata, Cáncer Gástrico, por nombrar algunas.
Esto, para poder afirmar con propiedad que la menor tasa de mortalidad cardiovascular registrada por el INE responde a dicho programa, o el aumento de la mortalidad por cáncer tiene que ver con que no está suficientemente garantizado el diagnóstico de la patología de base o los tratamientos no son los adecuados. Son preguntas que a 12 años de la implementación del Auge, bien valdría la pena plantearse y hacernos cargo, considerando que ha pasado un tiempo plausible para una evaluación.
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