Dejemos de especular y trabajemos en favor de los niños con cáncer
Entre la población mexicana, el cáncer representa la tercera causa de muerte, cobrando la vida de 14 de cada 100 personas. En las niñas y niños de entre cinco y 14 años, es la primera causa de muerte por enfermedad, convirtiéndose en el verdugo de miles de menores mexicanos.
En días recientes, familiares de niños con cáncer atendidos en el Hospital Infantil Federico Gómez se manifestaron a causa del desabasto de metrotexato, un medicamento que se usa para tratar ciertos tipos de cáncer, como el de mama, el cáncer de pulmón, algunos cánceres de cabeza y cuello, la leucemia y algunos tipos de linfoma. Este medicamento, usado generalmente para las quimioterapias de las niñas y los niños, ayuda a disminuir o detener el crecimiento de las células cancerosas.
Los padres de los menores señalaron su preocupación debido a que sus hijos no están recibiendo adecuadamente el tratamiento y ello es vital para ampliar sus esperanzas de vida. El tema ha llegado al Congreso y a organismos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
A raíz de ello, han surgido versiones sobre las posibles causas del desabasto, como la presencia de una bacteria en el producto, sin embargo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no ha admitido dicha versión y, en cambio, ha señalado que debido a que uno de los laboratorios que produce el medicamento no ha cumplido con los procesos de vigilancia sanitaria requeridos, deberá revalidar sus equipos de infraestructura ante las normas de salud, por lo que se ha frenado la producción del mismo.
Por su parte, la Secretaría de Salud ha asegurado que los pacientes del Hospital Infantil de México Federico Gómez contarán con el fármaco con apoyo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues existe una cantidad suficiente para el abasto, sin importar que dicho centro hospitalario sea un organismo descentralizado de dicha secretaría y posea la facultad de comprar los medicamentos de manera directa.
La realidad es que la ausencia de este medicamento, que es vital para el tratamiento de los menores, puede afectar a cerca de 300 niños con leucemia, linfoma y osteosarcoma.
Es bueno escuchar todas las voces que se han levantado para solicitar atención urgente al problema, no obstante, pienso que deberíamos ser muy cuidadosos de no politizar y levantar especulaciones ante un tema tan sensible.
Desde mi opinión personal, lo relevante no es definir si el gobierno federal, las farmacéuticas o los directivos de los centros hospitalarios son los responsables o aventarse la bolita entre unos y otros para ver quién fue; lo verdaderamente importante es poner manos a la obra y trabajar en conjunto a fin de garantizar el suministro del fármaco a los pacientes que lo necesitan.
Esto ya ha pasado antes, con unidad y trabajo en equipo se han logrado pasos importantes en el Congreso de la Unión en favor de los niños y adolescentes con cáncer; las distintas fuerzas políticas han actuado con humanidad y se han desprendido de colores e ideologías partidistas para aprobar diversas iniciativas que contribuyen a mejorar la atención y la calidad de vida de los pacientes con cáncer infantil y de sus familiares.
Voluntad y unión, estoy seguro, son elementos clave para solucionar el tema del desabasto y salvar la vida de las niñas y los niños que enfrentan esta enfermedad. Recordemos que el 70% de los casos de cáncer es curable si se detectan en una etapa temprana y se les da un tratamiento adecuado y oportuno.
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