Educación y ética ante la falta de regulación

Martes, 30/10/2018
Por Ilse Müller, Bioquímico, PhD
Ilse Müller

Hace ya un año fuimos testigos de la quiebra del banco de células madre Cordón Vida. Las más de 800 familias víctimas aún no tienen respuesta sobre la existencia y localización de sus muestras de células madre, ni compensaciones por parte de la empresa.

Este episodio puntual y lamentable, escapa de toda lógica científica, profesional o tecnológica. Es lisa y llanamente el resultado de un actuar fraudulento de personas deshonestas que violaron todos los protocolos internacionales establecidos por la Red Mundial de Bancos Públicos (National Marrow Donor Program).

Este actuar se aleja completamente de las conductas éticas que rigen al sector. Hoy existen redes mundiales que articulan y potencian la medicina regenerativa y bancos públicos para auxiliar a quienes no disponen de muestras de células madre que, por más de 30 años, han recuperado la salud de más de un millón de pacientes en el mundo.

Es indispensable que estos temas se discutan con transparencia en el país y que la autoridad establezca cuanto antes un marco regulatorio claro y una oportuna fiscalización de los bancos que criopreservan y de los centros que ofrecen tratamientos con células madre. Son medidas fundamentales para que casos como este no vuelvan a repetirse.

Independientemente si existe o no regulación local, las empresas son responsables de implementar procesos de calidad, fundamentales para certificar el trabajo y entregar un servicio de alto estándar.

Mientras esto no ocurra, y frente a la decisión de criopreservar, las familias deben exigir información sobre las certificaciones y normas de calidad con los que operan los laboratorios, respaldo y propiedad de la institución, permanencia en el mercado, tecnología, infraestructura y pertenencia a redes de bancos internacionales que validen sus protocolos y procesos de exportación de células madre.

Por último, deben conocer personalmente instalaciones, equipamiento y especialistas, y profundizar sobre qué patologías se pueden tratar actualmente y cuáles están en etapa de investigación, conforme ratifican las publicaciones especializadas, para evitar así ser víctimas de estafas y malas prácticas.

 

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