El efecto del T-MEC en los medicamentos

Jueves, 08/11/2018
Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
Maribel R. Coronel / El Economista

El presidente Donald Trump no aceptó que Estados Unidos entrara al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) porque a su parecer estaba horrible y no le favorecía a su país. Luego el TLCAN también le parecía horrible, pero al final muchos de los puntos que anteriormente habían sido negociados en dicho TPP quedaron incluidos en el nuevo acuerdo con México y Canadá, el T-MEC.

Total, que el nuevo acuerdo trilateral negociado para los tres países de Norteamérica, en particular en lo relativo a propiedad intelectual, no trajo grandes novedades a la vista del TPP.

Simplemente en la parte de protección de datos para el registro de nuevos medicamentos se retomó el esquema tal cual del TPP sólo que aumentado el periodo de protección de 10 en vez de 8 años. Este renglón tiene un periodo de transición de 5 años para su aplicación, el cual posiblemente es poco tiempo, pero ya se verá.

Este punto era muy importante para la industria farmacéutica estadunidense porque, conforme los expertos, la protección de datos resguardada por la autoridad sanitaria es una reglamentación incluso más robusta y firme que la misma protección de patente otorgada por la autoridad de propiedad intelectual.

Frederick M. Abbott, un destacado experto internacional sobre propiedad intelectual en el comercio mundial y catedrático de la Universidad Estatal de Florida, estuvo hace unos días en México en reunión con directivos de la industria farmacéutica mexicana, y nos hizo ver lo anterior.

Las posibilidades para invalidar una patente de medicamentos biotecnológicos son muy difíciles, pero invalidar la protección de datos es imposible.

De ahí que las compañías farmacéuticas buscan este tipo de protección porque les implica más seguridad de protección para sus productos que la que logran con una patente. Y lo mismo sucede para las moléculas de menor tamaño de síntesis química.

Invitado por la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam) compartió que es muy difícil contrarrestar las agregadas exigencias incluidas en el nuevo T-MEC que eleva las barreras de acceso a los medicamentos genéricos y biocomparables.

A su parecer uno de los problemas que tiene el mundo es que la industria farmacéutica multinacional ha asumido un poder económico dominante dentro de un mercado que asciende a más de un trillón de dólares al año y cuanta con todos los recursos para influir en las políticas de los países. De ese valor de mercado mundial farmacéutico, los medicamentos genéricos y biocomparables suman cerca de 900 millones de dólares, lo que representa menos de una tercera parte del mercado global.

Donde sí es posible actuar es a través de las autoridades de competencia económica que pueden tener un papel más activo en este aspecto para estar pendientes ante cualquier abuso o extensión en el periodo de exclusividad de venta, para evitar retrasos en la baja de precios de medicamentos que ya no deben estar protegidos.

Otro punto que el también asesor en el Programa de las Nacionales Unidas para el Desarrollo (PNUD) hace ver en torno al T-MEC es una cláusula que habla sobre violaciones al uso de las marcas que derivan ya en temas penales pues se refiere a acciones criminales en materia de libre comercio, por ejemplo cuando se usan ciertos elementos de una marca original en el empaque del producto replicado.

Algo que también sucedió con el T-MEC es que el gobierno estadunidense se permitió introducir aspectos que no había logrado ni en los tratados con Chile, Brasil, Australia o Corea, y además a los integrantes del T-MEC les corresponderá emitir reglamentaciones posteriores a la firma del nuevo tratado para aterrizar su cumplimiento.

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