¿En qué pensamos cuando vislumbramos el futuro de la salud?
2020 fue el año de la desconexión entre lo que esperábamos y lo que realmente sucedió. La pandemia del COVID-19 no solo nos mostró la importancia de invertir en tecnología para la salud de hoy, sino que también nos hizo mirar al futuro, haciéndonos cargo de lo inesperado.
En este sentido las soluciones para el rubro de la salud, que van en beneficio tanto de las personas como de los clínicos que la operan, entregan datos relevantes que favorecen la resiliencia, la facultad de absorber un impacto y recuperarse rápidamente. Es por esto que los centros de salud que invierten en infraestructura de tecnología de la información están mejor preparados para enfrentar lo inesperado, y sabemos que puede volver a ocurrir.
Invertir estratégicamente en registros de atención unificados será fundamental para la capacidad de respuesta de cara al paciente, destacando por sus facultades de adaptabilidad, accesibilidad en tiempo real y desde cualquier lugar.
Un aspecto clave a considerar es la necesidad de la implementación de la interoperabilidad de los registros, ya que podría marcar una diferencia dramática a futuro, mejorando la atención y las vidas de los pacientes. Hoy existe una falta de estandarización, una duplicación de la información y, además, con datos inconsistentes, por lo que la interoperabilidad aplicada a salud proporciona datos limpios y completos del registro de atención unificado al que se puede acceder desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Es fundamental invertir hoy para garantizar la mejor atención posible al paciente, ahorrando tiempos de espera, pero por sobre todo, salvando vidas.
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