En el marco del Día Mundial de la Hidrosadenitis Supurativa, la mayor pregunta que se hacen las personas es de qué se trata esta enfermedad con nombre inapropiado. Pues bien, es una enfermedad dolorosa de la piel, que corresponde a una patología de oclusión folicular, única en su género y aunque es poco conocida, es más frecuente de lo que se cree. En el mundo, la prevalencia estimada es entre el 1 y 4% de la población y si bien se desconoce la cifra de chilenos que padecen la patología, hay personas que aún no están diagnosticadas o bien, consultan cuando la enfermedad está en etapa muy avanzada.

Uno de los problemas, es que en su etapa precoz suele confundirse con una infección, pero no lo es. Se manifiesta a través de lesiones dolorosas e incómodas, tales como nódulos inflamados, donde hay pelos gruesos particularmente en axilas o ingle. Afecta más a mujeres que hombres, la edad promedio de inicio es a los 22 años y se agrava con la obesidad y el hábito de fumar. Es una de las enfermedades de la piel que mayor impacto psicológico produce en la calidad de vida de los pacientes.

Más allá de conmemorar un día, la existencia de esta enfermedad hace que una vez más pensemos en un sistema de salud empático, que valore el diagnóstico precoz y el enfoque integral tanto para prevenir como tratar la enfermedad. En este caso, su diagnóstico y tratamiento en etapa inicial es crucial para prevenir el avance a etapas avanzadas que son muy difíciles de tratar y para evitar las complicaciones médicas y psicológicas serias como la depresión.