La sola pretensión gubernamental de desestimar la grave crisis de salud existente hoy a nivel país (México), calificando cuanta demanda y/o denuncia que se produce por ello como “actos de politiquería”, colocó ya al gobierno de la 4T y a su titular Andrés Manuel López Obrador, ante la imperiosa necesidad de confrontarse con quienes en verdad saben sobre el punto para, de cara a la sociedad, asumir una posición seria, responsable y clara… como hasta el momento no ha hecho.

El solo hecho de que, avalada por cuatro médicos del prestigiado Instituto Nacional de Cancerología se haga pública una misiva enviada al secretario Carlos Urzúa, de Hacienda, en que se evidencia que el recorte presupuestal ordenado a seis de los programas especiales que ahí existen para atender a mujeres afectadas por cáncer (de mama, cervicouterino, de pulmón, de ovario y de endometrio) “lleva a la suspensión total de cuatro de ellos e impide la (adecuada) operatividad de dos, quedando afectadas 3,500 mujeres”, debiera mover a reflexión y encender no pocas señales de alerta, más allá de consideraciones e intereses de índole política.

Porque, vea usted, en lo que refiere al programa de detección y atención de cáncer de mama (CC022), “se dejará de brindar la reconstrucción mamaria a 293 mujeres como parte fundamental de su tratamiento…y de la misma forma dejará de brindar una atención integral a 1.400 mujeres”; en tanto, el programa relativo al cáncer cervicouterino (cacu), “se desprotegerá a 700 mujeres (afectadas) del manejo integral, individualizado, multidisciplinario que contribuyen a mejorar su supervivencia. Se dejará a 230 (más) sin completar sus esquemas oncológicos…(ni) se contribuirá a las acciones de prevención”.

Y más: lo relativo al programa para detección y atención del cáncer de pulmón de mujer (no asociado a tabaquismo) dejarán de recibir atención integral 550 pacientes...(ni) recibirán tratamiento específico 300 mujeres, “lo cual se verá reflejado en la mortalidad en un período de 3 a 6 meses”; el programa de acceso, atención, promoción, difusión e investigación de cáncer de ovario que dejará de brindar tratamiento integral a 400 mujeres, “con la posibilidad de su mortalidad en la mitad de ellas en un tiempo menor a 6 meses…” o, finalmente, el tácito reconocimiento de que se dejará de proporcionar atención a 200 mujeres con cáncer de endometrio…”con lo que podrían fallecer el 50% del total, en un período de siete meses”.

Dramático diagnóstico este que se apunta en la misiva citada que, entregada (presumiblemente) el pasado jueves, no ha merecido aún respuesta debida de parte de autoridad alguna —“como, hasta donde se sabe, tampoco la han recibido denuncias similares”— salvo la irresponsable e inaceptable descalificación que se intenta de quienes las signan o difunden.

El país no está para eso.