Heroínas de la salud materna

Jueves, 10/05/2018
Por Ana Angarita Noguera, para La Razón.
Ana Angarita Noguera / La Razón

Cuando a Reyna Ojeda le toca hacer seguimiento a la salud de las mujeres embarazadas o de las madres que recién dieron a luz en el municipio indígena de Chuquihuta, en Potosí, tiene que caminar hasta cuatro horas para llegar a la casa de su paciente. Pero la distancia no es una barrera tan complicada como la desconfianza y el miedo de las mujeres indígenas a una revisión médica. Ella lo sabe muy bien y por eso en quechua (el idioma de ellas), con mucha calidez y respeto a sus usos y costumbres se encarga de construir confianza en cada visita, con cada vida salvada durante el embarazo, parto y posparto. Reyna es una enfermera obstetra, una profesional que estudió cinco años en la universidad para atender y prevenir la muerte materna y neonatal, especialmente en áreas de difícil acceso, en las que se complica la atención de la salud de las mujeres. Hoy existen cerca de 300 enfermeras obstetras en Bolivia, 30 de las cuales están trabajando en los servicios públicos de salud de los municipios de Potosí, dedicadas a cuidar a las madres y sus bebés en el embarazo y durante el parto. Son parteras profesionales que atienden con calidez y respeto. Pero ellas además informan y facilitan el acceso a anticonceptivos para la planificación familiar, diagnostican infecciones de transmisión sexual, previenen el embarazo en la adolescencia y la violencia sexual.

Evitar que las mujeres mueran al dar a luz sigue siendo un gran desafío. Cada año, en el mundo 300.000 mujeres mueren durante el embarazo y el parto, así como casi 2,6 millones de bebés en las primeras semanas de vida, sobre todo en países en desarrollo. En Bolivia la razón de mortalidad materna es de 160 por cada 100.000 nacidos vivos, una de las más altas de la región. El 68% de estas muertes se da en mujeres indígenas quechuas, aymaras y de pueblos de tierras bajas. En la mayoría de los casos, estas mujeres mueren por hemorragias provocadas por retención placentaria y por hipertensión, factores que se complican por las demoras en la atención oportuna.

En Bolivia, las carreras de Enfermería obstétrica se iniciaron en 2006 en las universidades públicas Juan Misael Saracho (Tarija), San Francisco Xavier de Chuquisaca y Nacional de Siglo XX (Potosí), en una acción coordinada entre el Ministerio de Salud, el Colegio de Enfermeras de Bolivia y el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el PNUD. Doce años después, las enfermeras obstetras se constituyen en una experiencia innovadora en América Latina, un recurso humano profesional estratégico y valioso para el cuidado de la salud materna y de los recién nacidos, y de prevención de riesgos para la salud sexual y salud reproductiva. El Ministerio de Salud, en un esfuerzo con el BID y el apoyo técnico de UNFPA, está apostando por la inclusión de más enfermeras obstetras en los servicios públicos como en el caso de Potosí, en coordinación con el Servicio Departamental de Salud.

El 5 de mayo se conmemoró el Día Internacional de la Partería, destacando el trabajo de las parteras profesionales en el mundo. En el caso de Bolivia, el Fondo de Población de las Naciones Unidas expresa su reconocimiento público a las enfermeras obstétricas, parteras profesionales, protectoras de la salud de las mujeres que trabajan incansablemente en los servicios más alejados como verdaderas heroínas de la salud materna.

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