IMSS prevé escalar cura de hepatitis C
El IMSS fue el primero que empezó a aplicar la nueva terapia para hepatitis C en México, y a poco más de 6 meses de haber arrancado con el esquema anunciado, se ha comprobado que la eficacia de los nuevos tratamientos entre los mexicanos es de cura en el 97%, es decir una eficacia muy elevada.
Es algo maravilloso considerando que la hepatitis C es una enfermedad viral crónica cuyas tardías complicaciones derivan en cirrosis y cáncer de hígado, las cuales aparecen en el paciente hasta 20 años después de haberse infectado.
Es un medicamento óptimo que sí da resultados. De ahí que la dirección del Instituto ya esté visualizando escalar el tratamiento para un mayor número de pacientes infectados con el virus de la hepatitis C, y acelerar el ritmo en que se ha estado aplicando.
Miguel Tuffic, quien en diciembre asumió como director general del IMSS, nos comparte que entre febrero y marzo harán un corte y reportarán los números finales del programa anunciado el año pasado por Miguel Arriola, entonces titular del IMSS –ahora pecandidato del PRI a gobernar la ciudad de México. La idea de Tuffic ahora es anunciar una segunda etapa a mayor escala donde inclusive se prevé incorporar otra nueva terapia recién autorizada que ahora cubre todos los genotipos del virus.
Hay que decir que en México existen 6 genotipos del virus de hepatitis C. La terapia innovadora que entró en el cuadro básico y que el IMSS empezó a aplicar a partir de junio del 2017 sólo cubre al genotipo 1 (subdividido en 1A y 1B). Fue algo muy importante porque este genotipo 1 representa 75% de los casos entre mexicanos. Pero con la nueva versión se podrá cubrir ahora también al 25% restante que tendrá igualmente la posibilidad de curarse en cuestión de 6 meses.
Aunque antes ya existían terapias contra hepatitis C, ahora la novedad es que el porcentaje de curación es muy cercano al 100% -antes era de 75%- y los tiempos del resultado se recortaron de 2 años a 6 meses.
Ello implicará en una primera instancia un mayor costo por paciente que se elevará de 150.000 a 187.000 pesos, pero será una inversión mayor que en unos años generará ahorros para la institución porque al lograr más pacientes curados el beneficio social será muy mayor y, aparte, se eliminarán costos de hospitalizaciones por complicaciones en el futuro. Claramente hay un mejor costo/beneficio de los medicamentos innovadores aunque en principio sean más costosos, y la directiva del IMSS está convencida de ello y de invertir en esas terapias, máxime que las nuevas le permitirán cubrir a todos los tipos de genotipos del virus e incluso están a un precio más favorable.
La meta inicial del IMSS el año pasado fue cubrir 1.500 pacientes susceptibles de recibir el nuevo tratamiento. Los que realmente entraron en el protocolo fueron 1.198, de los cuales 748 cumplieron con los criterios. De éstos, son 138 quienes ya han concluido el tratamiento con una alta proporción (97%) de curación.
El número luce muy menor si consideramos que la prevalencia es de 140.000 casos, con alrededor de 1.000 nuevos casos por año. Tuffic explica, sin embargo, que fue una etapa de arranque donde primero quisieron comprobar la eficacia del nuevo tratamiento entre los mexicanos.
El tratamiento dura entre 3 y 6 meses y hay que esperar 12 semanas posteriores para evaluar el resultado y determinar que el paciente está realmente curado. Están venciendo los 6 meses máximos del primer bloque y entonces el IMSS hará un recuento cuyos resultados estará reportando en las siguientes semanas para anunciar una segunda etapa del programa que dados los óptimos resultados vendrá ahora con mucha mayor fuerza.
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