Los retos de la comisión negociadora de México

Jueves, 01/03/2018
Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
Maribel R. Coronel

La comisión negociadora de precios de medicamentos de fuente única (porque están protegidos con patente o son de un único proveedor) tiene una estrategia muy definida y ha logrado que todas las instituciones públicas de salud cierren filas para conseguir mejores precios en terapias costosas.

Este será el tercer año en que dicha comisión negociadora está a cargo de la Unidad de Análisis Económico (UAE) de la Secretaría de Salud, y con su titular Nicolás Kubli Albertini, ha venido tomando fuerza frente alas estrategias de las farmacéuticas de innovación. A estas alturas un punto claro para todos es que el volumen global y el precio final lo define la UAE. Los proveedores ya no buscan negociar con cada institución, como era su estrategia en años anteriores, nos comenta Nicolás Kubli.

El reto, dice, es mantener la unidad entre los directivos del IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Secretaría de Salud y las entidades federativas (que ejercen los recursos del Seguro Popular) porque así se obtienen mejores resultados y se encuentran opciones de ganar-ganar. El volumen de compra negociada de esta manera suma nada menos que 20.000 millones de pesos (US$ 1.064 millones), una parte muy importante de toda la compra de fármacos que hace el gobierno mexicano y que asciende a unos 50.000 millones de pesos (US$ 2.661 millones).

En la negociación para la compra de este 2018, de 245 claves con patente o de proveedor único lograron negociar 225. Es decir, se les quedaron 20 en el tintero. Si bien algunas compañías pedían incrementos de precio en 70 y hasta 80%, al final el aumento mayor fue de 3% en términos nominales. Considerando el avance de la inflación, ello significa que en términos reales hubo reducciones importantes de precios en el agregado final de la negociación.

Asimismo, han conseguido que los laboratorios apoyen en otros beneficios como reembolsos, notas de crédito que entran como circulante y sobretodo más volumen de productos que otorgan como plus si las instituciones cumplen las metas de compra acordadas.

Al sentarse a la mesa la Comisión siempre pone desde el principio el precio de referencia internacional y un precio objetivo y si no se logra no se cierra la negociación, hay segundas y terceras rondas. En los casos en que no hay acuerdo, la comisión notifica a los institutos que tal laboratorio no accedió, pero ofreció tal precio, y ya cada institución decide si compra o no.

De acuerdo con la UAE, para este año se lograron unos 500 millones de pesos (US$ 26,6 millones) de ahorro derivado de la negociación, lo que se va concretando con las compras a lo largo del año. El esquema es que al final de la negociación la Comisión emite un documento donde el laboratorio aceptó un precio definido y con ese documento cada institución llega con el laboratorio ya sólo a firmar el contrato de compra, lo que da certeza y hace más expedito el proceso de adquisición. 

Es así que la UAE busca ejecutar un mecanismo de compra express con aquellos laboratorios dispuestos a hacer descuento o mantener precios del año pasado. Así, la negociación la concentrarán en aquellos que buscan incremento de precios o cambio de condiciones y acelerar el proceso para que en junio ya estén cerrando la compra del próximo año. Al menos esa es la aspiración.

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