México debe actuar ante la contaminación por colillas de cigarrillo

Martes, 26/11/2019
Estos residuos, que en su mayoría son arrojados al suelo, están impregnados de sustancias tóxicas como nicotina y alquitrán.
Jesús Sesma Suárez / Excélsior

Los fumadores que tiran las colillas en la calle, afuera de los contenedores adecuados, no tienen idea del grave daño que están causando al planeta. Por poner un ejemplo: una colilla de cigarro puede contaminar entre 8 y 15 litros de agua de mar y 50 litros de agua potable.

Estos residuos, que en su mayoría son arrojados al suelo, están impregnados de sustancias tóxicas como nicotina y alquitrán. También contienen plomo, arsénico y cianuro y todos esos elementos, al caer en las calles, las áreas naturales, las coladeras y los depósitos de agua, causan niveles de contaminación alarmantes. Además, hay que considerar que las colillas de cigarro pueden tardar hasta 10 años en degradarse, tiempo en el cual siguen contaminando todo a su paso.

Conscientes del impacto negativo en materia ambiental y en la salud de las personas que esto implica, muchos países y ciudades alrededor del mundo han decidido tomar cartas en el asunto y establecer normas para combatir el problema.

El Ayuntamiento de Madrid es un ejemplo. Ahí, el abandonar residuos como colillas, chicles, papeles o cualquier otro residuo de tamaño pequeño en la vía pública puede ser digno de una sanción de hasta 750 euros. Algo similar ocurre en Holanda, donde tirar colillas de cigarro se castiga con una multa de 130 euros.

En días recientes, Bruselas endureció el castigo contra los fumadores irresponsables, pues decidió cuadruplicar la multa en contra de las personas que tiren los residuos de su cigarro en la calle, por lo que ahora la sanción será de 200 euros.
La capital belga cuenta, además, con una cuadrilla de agentes antitabaco que recorre las calles para captar y capturar a los infractores.

Todos estos son ejemplos del compromiso que mantienen algunos gobiernos alrededor del mundo para evitar más afectaciones al medio ambiente y a la salud de sus ciudadanos. La pregunta es: ¿y en México, hasta cuándo?

Algunos estudios apuntan que en nuestro país más de 4 mil millones de colillas acaban en los suelos de las ciudades; sólo en la Ciudad de México, 3 de cada 10 personas son fumadores y aproximadamente el 65% de las colillas de cigarro que generan, termina en el suelo.

Afortunadamente, en septiembre de este año, la diputada del Partido Verde, Alessandra Rojo de la Vega, presentó una iniciativa ante el Congreso de la Ciudad de México para sancionar con una multa de hasta 25 mil pesos a quienes tiren colillas de cigarro en la calle. La propuesta también establece obligaciones para los establecimientos mercantiles y las oficinas de gobierno, tales como colocar contenedores para depositar las colillas en el exterior o en lugares destinados para fumar ya que, de no hacerlo, también habría una sanción que podría alcanzar los 168 mil 980 pesos.

Esta iniciativa sigue en manos del Congreso local y ojalá muy pronto haya resultados favorables, pues me parece una injusticia en todos los sentidos que las personas que fuman y no dan un manejo adecuado a los residuos que generan continúen afectando el planeta y a todas y todos los que habitamos en él. Asimismo, considero que cada estado de nuestro país debería contemplar establecer normas  similares. Todo México debe actuar.

Si bien el imponer multas no solucionará de tajo la contaminación por colillas de cigarro, (pues considero que se necesitan también campañas de sensibilización e información sobre el impacto que estos residuos generan, así como la instalación de contenedores especiales), creo que podría ser una herramienta muy útil, ya que al haber una sanción precisa y ejemplar, los fumadores irresponsables pensarán dos veces antes de seguir contaminado nuestras calles.

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