Nos faltan hospitales para quemados

Viernes, 25/01/2019
Por Ruth Rodríguez, para Excélsior.
Ruth Rodríguez / Excélsior

Las tragedias nos muestran, de manera cruel, que el país no está preparado con suficientes hospitales, especialistas ni protocolos para atender a personas con quemaduras de gravedad. Ése es el caso de Tlahuelilpan.

Una de las múltiples lecciones que nos dejó es que en México todavía hay pocos hospitales preparados para la atención de “el gran quemado”, como los médicos califican a la persona que tiene más del 70% de su cuerpo en esta condición y que puede comprometer su vida.

Básicamente, los únicos que tenemos son los hospitales de alta especialización: el Magdalena de las Salinas y Lomas Verdes, del IMSS; y el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, del ISSSTE, el cual hasta hace años tenía una unidad para la atención de pacientes quemados muy buena, que actualmente, con las deficiencias de equipo, se desconoce cómo se encuentra.

Hace 10 años se incendió la Guardería ABC, del IMSS, en Hermosillo, Sonora, en donde fallecieron 49 niños y más de 80 resultaron con quemaduras graves. A partir de este hecho, se fortalecieron algunas áreas médicas para la atención de personas quemadas. Incluso, se creó una unidad de quemados del Instituto Nacional de Rehabilitación de la Secretaría de Salud, que, por cierto, hasta el momento no ha recibido a ningún paciente de Tlahuelilpan. Pero el esfuerzo de esa época ha sido insuficiente.

El hecho es que este accidente tomó por sorpresa a una administración recién llegada, que vivió unas primeras horas de confusión, pues tenía a 75 pacientes, en su mayoría con un 80% de su cuerpo quemado, que fueron enviados a hospitales y centros que no están especializados en la atención de quemaduras de gravedad.

Incluso, hospitales que fueron alertados que recibirían pacientes, como el de Nicolás San Juan, en el Estado de México, que cuenta con médicos pediatras y equipos especializados para la atención del niño quemado, no recibieron pacientes.

A partir de esta tragedia, se tiene que trabajar en un plan de acción para quemados múltiples, en el que las autoridades de salud, estatales y federales, sepan a dónde se lleva un niño y a dónde a un adulto. Esto último, para evitar estar trasladándolos de un hospital a otro o saturando un solo nosocomio, como fue el caso del Hospital de Cinta Larga, Hidalgo, donde llegaron los primeros 30 lesionados y sólo había un médico de turno.

Para Virginia Sendel, presidenta de la Fundación Michou y Mau, la organización civil más importante que atiende a niños quemados, dejó una lección muy cruel y ésa es que a la gasolina y al fuego se les debe tener miedo y cuidado.

Sendel considera que se requiere de más educación, de más campañas de prevención, en donde se le informe a la gente que hay que tener cuidado con el fuego; que es peligroso estar trasladando en sus carros bidones de gasolina, que son súper inflamables, y que con estas acciones ponen en riesgo su vida.

Abatelenguas

En medio de las tragedias, a veces, hay milagros. Y ese parece ser el caso de Francisco Reyes Pedroza, un joven de 15 años que se encuentra hospitalizado en el Centro Médico 20 de Noviembre y que llegó con 90% de la superficie de piel quemada, y que ni los riñones ni el hígado ni pulmones están afectados. Los médicos no se explican qué pasó, pero gracias a esto podría ser candidato a que lo atiendan en Galveston, Texas.

Bajo el microscopio

Al interior de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud hay preocupación por el desabasto de la vacuna doble y triple viral, que incluye la protección del sarampión, que no formó parte del proceso de transición. El faltante tiene a la Secretaría de Salud en una situación de alerta por el riesgo de que surja un brote, al grado que nos dicen que ya se presentó una denuncia ante el Órgano Interno de Control para que se investiguen las condiciones de los contratos con Grupo Laboratorios Imperiales Pharma.

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