Tamiz neonatal en México

Jueves, 04/04/2019
Las agencias sanitarias internacionales han propiciado que los estados se comprometan a efectuar pruebas de tamiz a todos los recién nacidos
Raymundo Canales de la Fuente / Excélsior

Existen una serie de enfermedades al nacimiento llamadas congénitas, que no muestran ningún signo o síntoma en el recién nacido, son las llamadas “enfermedades metabólicas”. A diferencia de las malformaciones congénitas, que son a veces visibles, éste grupo solamente se puede detectar con pruebas especiales a las que llamamos “tamiz al nacimiento”.

El nombre es porque la prueba solamente marca una sospecha de tal forma que en caso de resultar alterada, se requiere de pruebas más complejas que confirmen la enfermedad congénita. La importancia de la detección al nacimiento o en un periodo cercano al mismo, es debido a que si se articula un tratamiento temprano, esa niña o niño van a crecer como personas normales y, de otro modo, en caso de que se retrase el diagnóstico, la enfermedad le puede causar daños irreversibles.

Con mucho, el más común es el hipotiroidismo congénito; que tiene posibilidad de controlarse de forma relativamente fácil, suministrando al menor la hormona deficiente con lo que tendrá un desarrollo por completo normal. La fenilcetonuria es otra de las comunes que implica una dieta libre de fenil-alanina para que el menor se desarrolle adecuadamente.

Es tan importante el tema, que las agencias sanitarias internacionales han propiciado que los estados se comprometan a efectuar pruebas de tamiz a todos los recién nacidos con la finalidad de que ningún menor se quede sin ser tratado oportunamente. La cantidad de enfermedades que pueden ser diagnosticadas de esa manera es enorme, y el costo para detectar todas las enfermedades en todos los recién nacidos resulta tan elevado que ningún estado tiene la posibilidad de hacerlo; entonces cada país o región ha optado por iniciar con las enfermedades más comunes, asegurando, además, la posibilidad de ofrecer tratamiento al recién nacido.

En México tenemos un programa nacional, que detecta seis enfermedades y que ha costado mucho trabajo, financiado por el Estado y que ha sufrido de ineficiencias y en algunos momentos de corrupción, pero, por supuesto ese no es pretexto para suprimirlo. Muchos de los que hemos trabajo en el programa estamos sorprendidos por una reciente instrucción de la federación, que responsabiliza a cada entidad federativa de su propio programa, cuando sabemos que la mejor respuesta para hacerlo eficiente y evitar la corrupción sería centralizarlo.

Por supuesto es posible porque las gotas de sangre que requiere nuestra técnica se recolectan en un papel filtro que puede ser enviado fácilmente a un laboratorio en la Ciudad de México, haciendo los resultados accesibles vía electrónica a todas las unidades sanitarias.

Entiendo que una suspensión temporal quizá es necesaria mientras se toman decisiones, pero esperemos que la autoridad sanitaria dé marcha atrás a una decisión que nos parece inadecuada; tristemente son las entidades federativas las que han demostrado mayores niveles de corrupción, por lo menos en cuanto al tema de la salud.

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