¿Por qué desaparecen algunos cáncer?

Viernes, 17/06/2016

Casos de tumores que desaparecen espontáneamente se han registrado reiteradas veces en el tiempo, pero aún no se sabe a ciencia cierta la razón. Sin embargo, ahora hay algunas pistas esperanzadoras.

Momma Hejmadi, The Conversation. Es difícil de creer que algunos tipos de cáncer milagrosamente desaparecen, pero a veces ocurre. Más de 1.000 estudios de caso documentan casos de enfermos de cáncer que experimentaron una regresión espontánea de su tumor. Entonces, ¿por qué sucede? ¿y es posible explotarlo en beneficio de otros pacientes con cáncer?

El caso más antiguo documentado de una regresión espontánea es de finales del siglo XIII. Un sarcoma óseo en alguien llamado Peregrine Laziosi desapareció de forma espontánea después de una infección bacteriana grave. A finales de 1800, William Coley observó que la inducción de fiebre podría dar lugar a la regresión del tumor. De hecho, él desarrolló una vacuna bacteriana ("vacuna de Coley") que tuvo éxito en la reducción de los tumores en muchos de sus pacientes.

Se ha sabido que los tumores pueden desaparecer espontáneamente, en ausencia de cualquier tratamiento dirigido, por lo general después de una infección (bacteriana, viral, fúngica o incluso protozoos). ¿Podría esto significar que simplemente la estimulación del sistema inmune provoca la regresión?

No es tan simple

Durante los últimos 70 años, se han informado regresiones espontaneas en una variedad de tipos de cáncer, pero particularmente en melanomas (piel), carcinomas de células renales (riñón), neuroblastomas (glándulas suprarrenales) y algunos tipos de cánceres de la sangre. Sin embargo, a pesar de estas observaciones históricas de la regresión del tumor, todavía no se conocen los mecanismos que causan este fenómeno. También es muy difícil de cuantificar y muchos casos, probablemente, no aparece en las revistas de investigación.

Una razón probable para la regresión espontánea es que el cuerpo desencadena una respuesta inmune contra antígenos específicos que aparecen en la superficie de las células tumorales. El apoyo a esta idea proviene de la observación de que algunos tumores de piel (melanoma maligno) muestran números excesivamente altos  de células inmunes del cuerpo en el interior del tumor.

En otro informe de caso interesante, a un paciente se le extirpó quirúrgicamente parte de un tumor  de cáncer de riñón, lo que dio lugar a la regresión espontánea del resto de su tumor. El fundamento subyacente a este fenómeno es que una respuesta inmune local después de la cirugía fue suficiente para detener el crecimiento del resto del tumor.

Pero los tumores son notoriamente variados, tanto en su genética como en su comportamiento, y  puede resultar en la progresión de la enfermedad implacable en algunas personas, pero causar la regresión espontánea en otras. Los tumores del mismo tipo (por ejemplo, cáncer de mama) pueden mutar de muchas maneras diferentes. Esto puede influir en la tasa de crecimiento del tumor, o la probabilidad de propagación a diferentes lugares, o cómo de respuesta que son al tratamiento. Es muy probable que las mutaciones genéticas también sean responsables de la regresión espontánea.

Un raro cáncer infantil da algunas pistas

El neuroblastoma es un tipo de cáncer infantil poco común que podría arrojar alguna luz sobre cómo los cambios genéticos pueden afectar a la regresión espontánea. Cerca de 100 niños son diagnosticados con la enfermedad cada año en el Reino Unido, pero la enfermedad progresa de manera muy diferente dependiendo de la edad del niño. Los tumores en los niños menores de 18 meses pueden desaparecer con o sin tratamiento (tipo 1). Pero los niños mayores de 18 meses necesitan un tratamiento intensivo y sólo tienen una tasa de supervivencia del 40-50% (tipo 2).

La investigación muestra que los neuroblastomas tipo 1 tienen una genética distintiva en  comparación con el tipo 2. Por ejemplo, estos tumores tienen típicamente un número elevado de un receptor de células (TrkA) que puede desencadenar que las células tumorales se maten a sí mismas. Por el contrario, los neuroblastomas tipo 2 tienen un mayor número de un receptor diferente (TrkB), lo que hace que estos tumores sean más agresivos.

Otra posible explicación es que los neuroblastomas tipo 1 muestran niveles muy bajos de actividad de una enzima, la telomerasa, en comparación con los tumores de tipo 2. La telomerasa controla la longitud de piezas especializadas de ADN que permite que la célula se divida continuamente. En el tipo 1, éstos son muy cortos e inestables debido a la baja actividad de la enzima, y esto desencadena la muerte celular.

Los cambios epigenéticos (inducidos por el medio externo) no pueden excluirse tampoco. Los cambios epigenéticos no afectan a la secuencia de ADN de una célula, pero modifican la actividad de diversas proteínas "etiquetando" diferentes partes del ADN. Así las células con la misma secuencia de ADN, pero con diferentes etiquetas, se pueden comportar de forma completamente diferente y el resultado en algunos tumores puede ser destruirse a sí mismos. Estudios recientes mostraron diferencias significativas en los genes etiquetados en los neuroblastomas tipo 1 en comparación con los de tipo 2, aunque se trata de conclusiones preliminares.

Aunque los mecanismos exactos que subyacen a la regresión espontánea siguen siendo inciertos, es muy probable que la estimulación de una respuesta inmune fuerte debe desempeñar un papel importante en las personas con ciertos perfiles genéticos. Investigaciones adicionales explorando esta relación entre la genética y la estimulación de una respuesta inmune podrían dar respuesta a cómo podemos identificar tumores que tienen la capacidad de remitir espontáneamente.

El siguiente paso sería diseñar fármacos que puedan estimular artificialmente el sistema inmunológico para dirigirse específicamente a los tumores en función de su composición genética. Desarrollar modelos animales que imiten la regresión espontánea humana sería una herramienta muy valiosa en este sentido.

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