Así se debe enfrentar la insuficiencia renal

Jueves, 04/04/2019
Una vez que recibe el diagnóstico de la enfermedad, se debe iniciar una etapa de cuidados para alargar el tiempo de vida de sus órganos.
El Universo

Para muchos, ‘nefrólogo’ es sinónimo de ‘diálisis’. “Esto no es así”, dice el especialista Normando Barberi, director técnico del centro de hemodiálisis Dialcívar. Desde el diagnóstico de la enfermedad renal, el paciente debe ser redirigido a un experto en nefrología para mantener los órganos en buen estado y alargar su tiempo de vida. “Pero en Ecuador, cuando llegan a esta área, el 95% está en la fase final, con requerimiento de diálisis; sus tratantes no han tenido la visión de derivarlos a un especialista”.

Etapas y signos

La enfermedad renal tiene varias fases: 0, 1, 2, 3A, 3B, 4 y 5 (la última requiere diálisis). La enfermedad renal en su etapa inicial por lo general no presenta síntomas, dice la médico nutrióloga María Azucena Quito (Centro de nutrición Fresenius-Kabi).

“La única forma de saber su funcionamiento es mediante exámenes de control, en especial si tiene antecedentes de diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiaca, antecedentes familiares de falla de los riñones”.

La persona en 0 tiene alguna enfermedad propia del riñón o enfermedades concomitantes, como hipertensión y diabetes. Los siguientes signos deben ser remitidos al nefrólogo sin demora.

- Hinchazón o edemas en extremidades inferiores.

- Cambio en la frecuencia y horarios de la orina.

- Edema de cara.

- Anemia.

- Niveles elevados de urea y creatinina.

Los pacientes hipertensos y diabéticos deben estar atendidos por un equipo de especialistas, entre ellos el nefrólogo. “Se dice que toda persona diabética en algún momento tendrá una complicación renal y debe ser derivado lo más temprano posible”, señala Barberi. Si el médico detecta signos importantes de anemia y afectación renal mínima, debe hacer estudios clínicos y de imágenes. “Hay enfermedades propias del riñón que requerirán biopsia para determinar el grado de daño”.

Síntomas que se confunden

Adicionalmente, continúa el nefrólogo, la sintomatología de la insuficiencia renal es tan variada que puede confundirse. “Algunos casos debutan con dolor en el epigastrio, y se cree que es gastritis; otros han ingresado a cirugía por una supuesta obstrucción intestinal”. Lo que se ha descubierto es uremia (acumulación en la sangre de los productos tóxicos).

El incremento de úrea, creatinina y otros elementos que se miden para determinar la función renal pueden dar síntomas ambiguos como cansancio, somnolencia, palidez, malestar general, pérdida de visión, del apetito, de la audición, del olfato. “Por eso el control periódico es importante”.

Si ha pasado los 30 o 40 años y cree estar bien, hágase un control anual básico que puede ayudar a su médico a ver primeras señales de una alteración renal.

Barberi no descarta la medicina alternativa, pero explica que esta debe ser llevada por profesionales de salud que se hayan especializado en el tema.

Algunas causas son prevenibles

La mayoría de las causas, excepto el factor hereditario, están relacionadas con la forma de vida:

Diabetes, hipertensión, obesidad. Los productos procesados y los azúcares refinados han hecho que Ecuador entre en la población mal alimentada.

Cigarrillo, drogas. El tabaco y ciertas drogas producen esclerosis (degradación de la cubierta de las arterias y venas). El riñón necesita del aporte del 20% del torrente sanguíneo para funcionar.

Enfermedades propias del riñón. Quien observa cambios en la frecuencia de la orina puede pensar que tomar más agua lo llevará a orinar más y esto ayudará al riñón, “Esto es un concepto equivocado”, dice Barberi, “aquí está afectado el trabajo del riñón”, y eso no mejorará con tomar más líquidos.

La edad. Los adultos mayores pierden la sensación de sed y olvidan la costumbre de tomar agua. La deshidratación los lleva a daño renal.

La herencia. Si usted tiene familiares con diabetes o hipertensión, cálculos o quistes renales, debe poner atención.

Tratamiento y sobrevida

El médico evaluará en qué etapa está y qué otras enfermedades tiene. También necesitará que el paciente acepte que es una enfermedad seria, que podría convertirse en catastrófica si no hay cambio de hábitos alimenticios, medicación, controles periódicos y ejercicios. La persona con hipertensión o diabetes no puede depender únicamente de los fármacos, debe acompañarlos con ejercicio y buena alimentación.

“Tienen que mantener un peso equilibrado”, argumenta Barberi, “porque no solo está afectado un órgano, como puede ser el páncreas, sino los ojos, el corazón y los riñones”. Incluso si llega a requerir diálisis, hay posibilidades de tener una buena calidad de vida, siempre que haya cambio de hábitos. “Hay quienes tienen una sobrevida muy larga si hacen bien las cosas”. Actualmente, esa sobrevida supera los 10 años, en los mejores casos.

El médico también indica que la donación, muy positiva, no es una cura, sino una terapia que conlleva medicación y estilo de vida saludable para dos personas: el receptor y el donante. “Por ejemplo, el primero tiene que saber que esto se alternará con diálisis”.

Hábitos alimenticios

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de insuficiencia renal, los pacientes además deberán cuidar su alimentación por vida, ya que esta enfermedad es irreversible. “Con cambios ayudamos a que no progrese de forma acelerada y evitamos complicaciones”, resalta la nutrióloga María Azucena Quito.

A medida que la función de los riñones disminuye, necesitará alimentos con menos fósforo, potasio y controlar la cantidad de líquido a ingerir, de acuerdo al volumen urinario del paciente.

“El médico ordenará exámenes de laboratorio para evaluar los niveles de fósforo, potasio, cloro calcio, bicarbonato de sodio, hierro en sangre y dependiendo de sus resultados, ajusta la dieta”.

Por regla general, la alimentación será baja en sodio y sal, y los alimentos, frescos. “El sodio se añade a muchos alimentos preelaborados (congelados o enlatados). Cuando prepara su propia comida, usted controla lo que le pone”. En ese caso, Quito sugiere dar sabor a las comidas con especias, hierbas y condimentos sin sodio, en lugar de sal.

Controlar la cantidad de proteína también ayuda a proteger sus riñones, comer más de la que necesita puede hacer que estos órganos trabajen más. La cantidad a consumir la determina el nutriólogo de acuerdo a su peso, talla, actividad física y al uso de medicamentos. Y use técnicas de cocción sanas como cocinado, asado a la plancha, horneado.

Además, solo el nefrólogo y el nutriólogo le ayudarán a definir cuánta agua debe consumir, no quite los líquidos si está al inicio de la enfermedad renal.

En cuanto a productos naturales o alternativos, solo emplee los recetados por el nefrólogo. “Recuerde que si lo que está consumiendo, sea medicina natural o alternativa, es rica en electrolitos, como sodio o potasio, pueden complicar su estado”.

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