Chile: La diabetes afecta a un 12% de la población
Existen varios tipos de diabetes. La más frecuente es la diabetes mellitus tipo 2 que es la más prevalente, y que se puede prevenir. Se estima que afecta a un 12% de la población en Chile, y a un 14% en Estados Unidos.
“Es importante diferenciarla de la diabetes mellitus tipo 1, que a pesar de compartir nombre con la tipo 2, es una enfermedad completamente distinta, ya que corresponde a un desorden autoinmune en el cual se producen a temprana edad (entre los 4 y 14 años) anticuerpos contra de las células del páncreas que producen insulina, y son personas que desde un comienzo van a requerir insulina como tratamiento”, explica la Dra. Javiera Salvador, académica de la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello.
Según detalla la experta, “la diabetes tipo 2 afecta más a personas con antecedentes familiares de diabetes (factor de riesgo que no podemos modificar), personas con sobrepeso, sobre todo, obesos, y a personas que tienen estilos de vida poco saludables como por ejemplo, el sedentarios, personas que llevan una dieta poco balanceada (la llamada “dieta occidental” con alto consumo de alimentos ultraprocesados, carbohidratos, grasas saturadas y escaso consumo de fibra, granos enteros, legumbres y vegetales). Otros factores de riesgo de similar impacto son el consumo de tabaco y alcohol, tener resistencia a la insulina, o haber tenido diabetes gestacional en algún embarazo”
Respecto a cómo una persona enfrenta la noticia de que tiene diabetes, la Dra. Salvador destaca que “cuando se diagnostica diabetes a una persona, es importante que su médico le explique que es una enfermedad crónica, es decir, una enfermedad que lo acompañará durante muchos años de su vida, pero que tiene tratamiento”.
Efectivamente, esta puede ser una noticia que trastocará los estilos de vida de toda una familia, dado que se deberán modificar ciertos aspectos de la alimentación del paciente, dejar de lado el sedentarismo, el cigarrillo, empezar un tratamiento farmacológico y tener controles de salud periódicos con un equipo multidisciplinario (diabetólogo, nutricionista, nutrióloga, oftalmólogo, nefrólogo, entre otros). “Es imprescindible que exista apoyo familiar, dado que está demostrado que los pacientes que cuentan con ese apoyo tienen mejor control de sus glicemias (niveles de azúcar en sangre), y menor tasa de complicaciones por la diabetes”, subraya la académica de la UNAB.
Tratamiento
Lo último en el tratamiento de la diabetes son las “bombas de insulina”. “Son dispositivos portátiles que miden la glicemia de manera seriada durante el día (a través de un parche que se pega en la piel), y automáticamente liberan insulina según el nivel de glicemia que puede variar, dependiendo lo que la persona coma, la cantidad de horas de ayuno, o si está haciendo ejercicio”, explica la profesional.
Esas bombas de insulina están desarrolladas principalmente para pacientes con diabetes mellitus tipo 1 pero también sirven para personas con diabetes tipo 2 que requieren insulina.
“La mayor parte (dos de cada tres) de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 puede tener un buen control de su enfermedad con cambios en el estilo de vida (una buena alimentación, ejercicio moderado, una baja moderada de peso) y fármacos, sin necesidad de insulina, pero una buena alternativa es la cirugía bariátrica, que ha demostrado tener una tasa de remisión de la diabetes (en pacientes obesos) de hasta un 80%, y del otro 20% un porcentaje alto tiene mejor control de su enfermedad, y requieren dosis menores de fármacos o insulina según el caso. Yo diría que esa es la mejor alternativa para los diabéticos, siempre y cuando sean obesos”, agrega.
La Dra. Salvador es categórica al señalar que “si no se trata la diabetes se está en riesgo de complicaciones graves. Hay complicaciones a corto plazo como por ejemplo la cetoacidosis diabética, que es una condición de urgencia en un diabético mal controlado o que abandonó su tratamiento. Si no están bien controlados, tienen más riesgo de infecciones de cualquier tipo desde resfríos hasta infecciones graves como neumonía o meningitis”, dice.
Finalmente, las complicaciones más a largo plazo son una pobre cicatrización de heridas (muchos diabéticos tienen heridas en los pies que pueden terminar en amputaciones), problemas en las retinas (retinopatía diabética, que puede terminar en una pérdida de la visión), enfermedad renal (nefropatía diabética, pudiendo terminar en diálisis), enfermedad cardiovascular (infarto cerebral y sus secuelas, o infarto al miocardio).
Comentarios