China: Esperanza promedio de vida aumenta seis meses
La esperanza promedio de vida de los ciudadanos chinos ha aumentado seis meses gracias a los notables logros en el control de la contaminación atmosférica del país, reflejado en la significativa caída de la densidad de las partículas PM 2,5, precisó el Índice de Vida de acuerdo a la Calidad del Aire, presentado recientemente en Beijing por el Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago.
Este indicador precisa que la densidad de las partículas PM 2,5 en China se redujo un 12% entre 2013 y 2016, resultado que equivale a un promedio de seis meses de vida.
Tianjin, una de las tres ciudades chinas más contaminadas en el 2013, experimentó en el 2016 una disminución del 14% en la densidad de las partículas PM 2,5. De mantenerse este ritmo, los 13 millones de ciudadanos que viven en Tianjin aumentarán su esperanza promedio de vida en 1,2 años.
La provincia de Henan también disfrutó de una mejor calidad del aire. Las estadísticas demuestran que la cantidad de tiempo que las personas de la región están expuestas a las partículas PM 2,5 bajó un 20% en comparación con el año 2013, lo que significa que podrían vivir un promedio de 1,3 años más.
La contaminación atmosférica sigue siendo un problema grave para China. En 2010, causó 1,2 millones muertes prematuras y una reducción de 25 millones de vida sanas al año (el número de años que se espera que una persona viva en una condición sana).
De acuerdo a las normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la densidad admisible de PM 2,5 es de diez microgramos por metro cúbico, mientras que la norma de calidad del aire ambiente nacional de China sigue siendo tres veces mayores que lo enunciado por la OMS.
La esperanza de vida promedio en China podría elevarse de 76 a 79 años si se alcanza el nivel establecido por la OMS, subrayó el Índice de Vida de acuerdo a la Calidad del Aire.
Robert OKeefe, vicepresidente del Instituto de Efectos de la Salud de los Estados Unidos, consideró que China ha respondido bien a la lucha contra la contaminación atmosférica, aportando ostensibles beneficios para la salud pública.
De hecho, las muertes a edades tempranas y las enfermedades, tanto cardiovasculares como respiratorias, se han logrado reducir drásticamente.
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