Estiman 21 millones de casos de cáncer para 2030
La amenaza más grande para la especie humana a nivel médico es, cada vez más, el cáncer. A medida que pasan los años, la enfermedad tiene un peso más grande, afecta a más personas y presenta los desafíos médicos más complejos. Ha superado como amenaza a las enfermedades infecciosas y a las cardiovasculares. Y el futuro no es alentador. En 10 años se estima que se duplicarán los casos detectados y la mortalidad. Para 2030 se calculan 21 millones de casos y 12 millones de víctimas por año. En todas partes del mundo, sin distinción.
Las cifras y los datos se dieron a conocer en el marco del Roche Press Day 2018 que se celebró en Cali, Colombia durante los primeros días de julio. El foco de la última edición del foro que se realiza anualmente y que tiene como objetivo generar un diálogo alrededor de temas de salud estaba puesto en el cáncer.
Una de las conclusiones de las jornadas de conferencias fue que a medida que crece el problema del cáncer también crecen las herramientas y la investigación para combatirlo y tratarlo con mayor eficacia; además se producen hallazgos y revoluciones en la forma de enfocarlo y atacarlo. Y en particular ocurre con aquellos tipos de cáncer que afectan a más personas, como el de próstata en los hombres y el de mama en las mujeres.
El cáncer de mama es el número uno en incidencia y en mortalidad en América Latina y también en otros puntos del mundo. En toda la región hay características distintas. En Uruguay y Argentina la incidencia es muy alta; en Bolivia y Ecuador es muy baja. Y esto sucede al comparar con países de otros hemisferios. Uruguay tiene las mismas cifras que países de Europa o de Norteamérica, en parte porque comparte origen genético y en parte porque los mecanismos de detección de la enfermedad están establecidos y son eficaces.
Un dato que seguramente no tenga en cuenta: el cuerpo humano genera cánceres todo el tiempo. El problema es cuando el organismo no los detecta a tiempo y estos crecen hasta convertirse en un tumor. Por eso la radioterapia y el tratamiento genérico (el mismo para todos los tipos de cáncer) están cediendo ante los tratamientos de inmunoterapia, que buscan estimular las defensas naturales del organismo para que esta combata al cáncer de forma más natural y menos agresiva, aunque complementándose con los tratamientos ya establecidos y medicamentos.
Con eso se apunta a una mayor precisión en los tratamientos, ya que cada cáncer es único. Durante una de las conferencias del Roche Press Day, el argentino Daniel Ciriano, director médico de la empresa farmacéutica para toda América Latina, explicó que en un futuro no demasiado lejano se tratará de forma individualizada cada caso, y que la quimioterapia, las cirugías y los medicamentos se dejarán de lado en pos de una vacuna personalizada, elaborada en base a los datos sobre el paciente y la enfermedad. Que los datos y el mundo real dicten el tratamiento.
El también argentino Ricardo Álvarez es oncólogo y trabaja desde hace dos décadas en el Centro de Tratamiento de Cancer de América en Atlanta, Estados Unidos. Entrevistado por El Observador durante el acontecimiento, explicó que "la mortalidad es muy alta en varios países y eso es un defecto del sistema de salud que puede ser una falta de prevención, de programas primarios, de equipamiento o de acceso de los pacientes. Cada país tiene una realidad diferente. Lo importante es concientizar y educar".
Además, al ser una enfermedad que la provoca un mal funcionamiento de los genes, hay que individualizarlos. Álvarez explicó que es más importante detectar cual es la aberración genética que lo produce que la localización del tumor.
Lo fundamental es la detección rápida. De esta manera se reduce en 17 veces el costo del tratamiento, ya que cuanto más avanzada la enfermedad, más grande es el gasto. En ese sentido, las campañas de autodiagnóstico son una de las mejores herramientas, pero dependen del paciente, por ende también exigen una presencia de campañas de concientización e información.
Las diferencias son abismales incluso dentro del continente, donde hay pacientes que tienen que esperar un año para que se pase de la etapa de diagnóstico hasta el comienzo del tratamiento.
Álvarez comentó que lo que más va a impactar en los países en vías de desarrollo es el control del cáncer de mama, dado que es una de las enfermedades más caras de tratar y "puede hacer quebrar a cualquier sistema de salud".
En cuanto a los tratamientos futuros, el oncólogo argentino expandió lo postulado por Ciriano y contó que "se vienen los tratamientos multidisciplinarios: al paciente no solo lo trata el oncólogo, también lo hace el cirujano, el radioterapeuta. El paciente debe exigirlo con todos los tumores".
En ese sentido, los cambios radicales de postura de todo el mundo contra el tabaco y el énfasis cada vez más importante en llevar una vida sana y una dieta balanceada responden en parte a la mayor fuerza que va tomando el cáncer como amenaza. "El 90%-95% son esporádicos, vienen de hormonas, la dieta, los hábitos, la radiación solar o la de la tierra. No hay un efecto solo. Otros son más directos, como el de pulmón y el tabaco. Los genes hereditarios importan también, porque son responsables del cáncer. Como por ejemplo el gen BRCA-1, que marca un 70% la probabilidad de desarrollar un cáncer en algún momento de la vida".
Pero más allá de genes, terapias y datos, el punto fundamental sigue siendo la información. La conclusión de Álvarez fue: "No tengo dudas de que con el mensaje correcto a la población correcta es la mejor forma de actuar. Hay que educar, no decir qué hacer. Dar opciones y que el paciente las tome con conocimiento".
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