Nubia Muñoz: “Es urgente reactivar el programa de vacunación contra el VPH en Colombia”
Nubia Muñoz no se cansa de promover la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). La evidencia científica demuestra que es segura, dice. Y habla con conocimiento de causa, pues ha sido –y continúa siendo- líder a nivel mundial en las investigaciones que encontraron que este virus es la causa directa del cáncer de cuello uterino.
Muñoz también ha demostrado que el VPH se relaciona con otros tipos de cáncer, como el de vulva, vagina, pene, ano y orofaringe. Sus estudios no solamente han incluido a mujeres con y sin cáncer de cérvix, sino a sus maridos, quienes actúan como transmisores del virus. La circuncisión, dice, “tiene un efecto protector para la infección al virus del papiloma humano”.
En Colombia, la vacuna forma parte de programas nacionales de inmunización desde la primera década de este siglo y en la región de las Américas desde el 2006; aunque ha participado en estudios que demuestran que la vacuna es segura y efectiva, no ha sido ella quien la produjo, sino diferentes casas farmacéuticas.
Esta médica epidemióloga habló con El Espectador, en el marco del evento sobre control y prevención de VPH, que tuvo lugar en Bogotá, a mediados de noviembre.
¿Por qué confiar en esta vacuna?
Porque ya se han realizado ensayos clínicos en más de 50 mil mujeres en todo el mundo, incluyendo Colombia, y unos 10 mil hombres en varios países. Estos estudios muestran que la vacuna es muy eficaz para prevenir lesiones precancerosas de cérvix, vulva, vagina y verrugas genitales.
¿Desde qué año se aplica la vacuna?
Ya llevamos 12 años con la introducción de la vacuna en los programas de inmunización, y estos años nos han dado evidencia en la vida real -ya no en estudios muy controlados-, que la efectividad de estas vacunas para prevenir verrugas genitales es altísima. En países con buena cobertura, como Reino Unido y Australia, las verrugas genitales prácticamente desaparecieron y se ha visto una disminución dramática de las lesiones precancerosas de alto grado del cuello uterino.
¿Y en esos estudios con 50 mil mujeres hubo efectos adversos?
Sí. Todas las vacunas tienen un pequeño número de efectos adversos. Después de la inyección intramuscular un porcentaje grande podía presentar dolor, rubor, dolor de cabeza, fiebre, pero eran efectos que desaparecían en pocos días.
Colombia fue ejemplo y líder en América Latina por el éxito del programa de vacunación, pero las cifras de cubrimiento han bajado. ¿Qué hacer?
Colombia estuvo a la par con Australia en los primeros dos años, cuando se introdujo la vacuna, 2012-2013, y luego pasó la crisis del Carmen de Bolívar y allí se desplomaron las coberturas. ¿Qué hacer? Tenemos que trabajar en conjunto con varios sectores para recobrar la confianza en la vacuna; no solamente con el sector de salud pública, -médicos, enfermeras-, sino también padres de familia, maestros, adolescentes.
Pero en el caso de Carmen de Bolívar, ¿el gobierno reaccionó tarde?
Exacto. Creo que hubo muchos errores y uno de esos fue una reacción tardía, porque a pesar de que el Instituto Nacional de Salud hizo un estudio muy bueno que demostró que la vacuna no tenía que ver con la crisis que se presentó en Carmen de Bolívar, estas noticias solamente se divulgaron meses después, a través de los medios de comunicación, y no se fue a la comunidad a informarles directamente, a las madres y niñas, que estaban más angustiadas con el problema.
En este Encuentro Internacional se ha dicho que otros países vivieron episodios similares en ese año. ¿Por qué?
A veces hay una contaminación muy rápida de un país a otro a través de las redes sociales ahora y es lo que se vio en Brasil, pocos días después del evento de Carmen de Bolívar. En el programa de vacunación de Brasil se presentaron casos muy similares, afortunadamente ellos reaccionaron más rápido; en Perú también vimos que hubo pocos casos y que los médicos encargados del programa reaccionaron en cuestión de horas y pudo parar el problema.
¿Cómo generar confianza, si de todas maneras hay efectos secundarios?
Mostrando los datos que ya existen: se han distribuido 300 millones de dosis; hay 86 países que ya introdujeron las vacunas en sus programas de inmunización, o sea que hay una cantidad de población que ya ha sido expuesta a la vacuna y no presenta problemas. Además de los comités de seguridad de cada país que vigilan los posibles efectos adversos, hay comités internacionales, como el de la Organización Mundial de la Salud, un comité de expertos en seguridad de todas las vacunas, se reúne una o dos veces por año desde que salió la vacuna y durante todos estos años han revisado toda la literatura posible, publicada y algunos datos sugestivos y las conclusiones son muy sólidas: la vacuna es segura. Colombia también tiene un excelente programa para vigilar los efectos adversos de todas las vacunas, incluyendo la vacuna VPH. Después del episodio de Carmen de Bolívar la tasa de notificación de efectos adversos sospechosos de ser asociados con la vacuna de VPH es muy baja, (5 ¬ 10 casos por 100.000 dosis de vacuna aplicada) y muy similar a los efectos adversos sospechosos para otras vacunas como la DPT (difteria, tosferina y tétanos).
Hay departamentos en Colombia que tienen buen cubrimiento de vacunación contra el VPH. ¿Cómo cree usted que lo han logrado?
Hay departamentos que han retomado el programa, incluyendo todos estos componentes de educación a la población, y esto es lo que funciona. Esperamos que los ministerios de Salud y de Educación formulen un plan integral para tratar de reactivar este programa tan importante para Colombia, porque ahora estamos con más de 4.500 mujeres al año con cáncer de cuello uterino y alrededor de 2.000 que se están muriendo cada año de este cáncer. Son mujeres relativamente jóvenes y no solamente es una tragedia para la mujer sino para la familia.
¿Si Colombia no reactiva el programa de vacunación tendremos muchas muertes de mujeres en los próximos años?
Exactamente. Si nosotros conservamos las coberturas del 88 % que teníamos antes del 2014, hubiéramos podido evitar al menos 4.000 casos de cáncer de cérvix y 1.900 muertes en mujeres que vivieran hasta los 75 años. Con las coberturas que tenemos ahora, del 5%, evitaremos 220 casos de cáncer de cervix. O sea que es urgente realmente reactivar este programa.
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