¿Qué tienen en común Messi, Neymar, Zlatan Ibrahimovic, Alexis Sánchez y Luis Suárez además de ser seleccionados en cada uno de sus países de origen? Bien, cualquiera puede decir que, obviedad total, lo que tienen en común es lo que los convirtió en seleccionados. Y allí comenzará una discusión interminable sobre su habilidad, fuerza, resistencia, personalidad, disposición para la tarea colectiva, capacidad de “leer” el juego, etc, etc. Nadie, al menos en el mundo de los aficionados, se atrevería a mencionar un sencillo “buena vista” como factor central en su  camino al estrellato.

Pero es así. Tal vez, no sólo una vista excepcionalmente buena los convirtió en jugadores de excelencia, pero sin ella, jamás lo habrían sido. Es a la conclusión que llegaron investigadores de la Universidad John Moores de Liverpool, en el Reino Unido, y que acaban de publicar en Science and Medicine in Football.

No es una idea. Es un dato de la realidad: las capacidades visuales de los jugadores de fútbol competitivo son sustancialmente mejores que las de los no deportistas sanos.

Como resultado de una primera evaluación exhaustiva de la función visual en los jugadores de la Premier League inglesa surgió que la claridad visual promedio, la sensibilidad al contraste y la rapidez casi instantánea de los futbolistas competidores (tanto de elite como de capacidad intermedia) fueron significativamente mejores que los de los no atletas.

Ahora, no nos entusiasmemos. No se trata de que sus ojos sean fisiológicamente distintos, ya los resultados mostraron que no había diferencia en la función visual entre la élite y los jugadores intermedios. Se trata de una capacidad potenciada.

Así, los jugadores defensivos mostraron una rapidez para pasar “del cerca al lejos” que los jugadores ofensivos. Según los investigadores, esta función visual puede ser particularmente útil para los defensores que son responsables de asegurar que el “achique” o "trampa del fuera de juego" (los defensores se adelantan sincronizadamente de manera que el atacante que recibe un pase se encuentra situado detrás de ellos) no se rompa y normalmente tienen que cambiar rápidamente su atención y, por lo tanto, la mirada, entre varios oponentes en lugares cercanos y lejanos .

Para el estudio, investigadores se reclutaron a 49 jugadores masculinos de élite de un club de fútbol de la Premier League inglesa, así como a 31 jugadores intermedios (de nivel universitario). A todos se les examinaron funciones visuales que se consideran críticas para el rendimiento deportivo en jugadores de diferentes niveles de habilidad y posiciones de juego usando la estación de medición sensorial Nike SPARQ.

Las evaluaciones incluyeron claridad visual (capacidad de ver detalle a una distancia determinada), sensibilidad de contraste (capacidad de detectar un objeto contra un fondo), rapidez casi alejada (capacidad de cambiar la mirada y la atención entre distancias cercanas y lejanas) y objetivo de captura. Los investigadores compararon entonces estos datos con los de un estudio de 230 hombres y mujeres sanos no atléticos que usaron el mismo aparato, obteniendo así los resultados.

El estudio destaca la importancia de una buena visión en el fútbol y el potencial para ganar una ventaja competitiva a través del apoyo a la visión y el entrenamiento. Sin embargo, los autores hacen hincapié en las limitaciones del estudio y en la necesidad de más investigación para considerar las demandas visuales específicas de la posición del jugador en el campo de juego y el papel de los exámenes regulares de la vista a largo plazo.

Según el profesor Simon Bennett, líder del estudio: "Aunque estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que un buen nivel de visión podría ser importante en deportes de invasión dinámica, estudios futuros deben determinar la naturaleza precisa de la relación con el rendimiento en el campo". Más allá de lo anterior, ya podemos elogiar a alguien diciéndole que tiene “ojo de futbolista” u "ojo e' Messi".