La Organización Mundial de la Salud (OMS)  pidió la intervención de gobiernos y sus socios para reducir la pérdida de la audición y sus efectos negativos pues se estima que la población con discapacidad auditiva a nivel global llegará a 900 millones de personas para el 2050.

Las cifras dadas a conocer por la OMS con motivo del Día Mundial de la Audición, celebrado el sábado, se basan en los 466 millones de personas actuales en todo el mundo que padecen una discapacidad auditiva, 34 millones de los cuales son niños. Esto en comparación con los 360 millones de personas de hace cinco años.

La razón principal de este aumento es el creciente envejecimiento de la población y la persistencia de riesgos como infecciones de oído y otras enfermedades evitables por medio de vacunas como sarampión, paperas y rubeola; el uso de medicinas que pueden dañar la audición como las empleadas contra la tuberculosis resistente a fármacos y la malaria; y la exposición a ruidos fuertes por medio de dispositivos personales, en sitios de entretenimiento o en lugares de trabajo.

"Las tendencias pasadas y las proyecciones futuras predicen un enorme aumento en el número de personas con pérdida de la audición", dijo el Dr. Etienne Krug, director del Departamento de Manejo de Enfermedades No Contagiosas, Discapacidad, Violencia y Prevención de Lesiones de la OMS.

"Si no se toman las medidas apropiadas, cerca de una de cada 10 personas tendrán una pérdida de la audición incapacitante para el 2050. Esto afectará considerablemente sus vidas e implicará un costo significativo para los sistemas de salud", dijo, y exhortó a los gobiernos a actuar ahora para evitar el aumento y asegurarse de que las personas con pérdida de la audición puedan tener acceso a los servicios y las tecnologías que necesitan.

A pesar de estas grandes cifras, la OMS dijo que la mitad de todos los casos de pérdida de la audición puede prevenirse, sobre todo en los niños, entre los cuales la cifra es de cerca de 60 por ciento.

La OMS recomienda vacunar a los niños contra enfermedades contagiosas, detectar y tratar a los niños que sufren de infecciones de oído crónicas y promover el parto seguro para minimizar el riesgo de asfixia y las infecciones neonatales asociadas con la pérdida de la audición, entre otras medidas.