Por qué México debe prestarle atención al mieloma múltiple
Quién no recuerda en México a Alonso Lujambio quien siendo secretario de Educación en el sexenio pasado, falleció en 2012 por cáncer. Ese cáncer fue mieloma múltiple que al ser poco conocido, tardaron bastante tiempo en diagnosticárselo. En 2015 el cantante Joan Sebastian murió por Mieloma Múltiple después de una larga lucha de 16 años contra este mal conocido también como cáncer de médula ósea. En 2016 Rafael Tovar y de Teresa, siendo secretario de Cultura en el actual gobierno también falleció a causa de Mieloma Múltiple (MM).
Sólo con este recuento de personas públicas que sufrieron este cáncer de la sangre, uno pensaría que es de alta prevalencia. Realmente no, pero sí es uno de los cánceres hematológicos más mortales y está entre los llamados cánceres invisibles dada la dificultad para su detección.
Después de Linfoma no Hodgkin, es el segundo cáncer sanguíneo más frecuente y se considera entre los más complejos, aparte de los más discapacitantes; comienza en las células plasmáticas productoras de anticuerpos en la médula ósea y afecta varios órganos al mismo tiempo.
A nivel mundial se presenta sobretodo en personas mayores después de los 60 años, pero lo grave es que en México se está presentando —como sucede con otros tipos de cáncer— en más jóvenes. De los casos de MM que llegan al Instituto de Cancerología (Incan), dirigido por Abelardo Meneses, 50% son de personas de entre 40 y 60 años. Otro factor delicado es que afecta principalmente a hombres en muchos casos aún en edad productiva y siendo jefes de familia, lo que deriva en verdaderas tragedias.
El mayor problema es que el MM es de los cánceres que aún no cubre el Seguro Popular. El Incan presentó en marzo los lineamientos señalados por el Consejo de Salubridad General (CSG) para solicitar la definición del Mieloma Múltiple como Enfermedad que Ocasiona Gastos Catastróficos, subsanó comentarios en mayo y cumplió todos los requerimientos, pero es la hora en que sigue en espera.
Aquí el argumento como siempre, es que no se cuentan con los recursos presupuestales, pero no es un punto que valga para los pacientes y sus familias que viven el drama de esta enfermedad.
Es una injusticia absoluta vista cada día en los centros oncológicos; hay pacientes que tienen la fortuna de recibir su tratamiento sin tener que pagarlo de su bolsillo, y al lado hay uno que terminará muriendo por no estar cubierto ni tener cómo desembolsar los recursos para su terapia.
Esta inequidad es más notoria cuando los tratamientos de última generación, ligados a marcadores genéticos, están logrando óptimos resultados permitiendo que el MM incluso remita. Lo malo es que estas maravillosas terapias como Revlimid (Lenalidomida), de la suiza Celgen y distribuido en México por Asofarma, cuestan más de 110.000 pesos (US$ 5.790) la caja con 21 cápsulas.
En un reciente evento llevado a cabo en el Incan donde los especialistas y la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, que dirige Mayra Galindo, junto con la Asociación Pro Trasplante de Médula Ósea, que lleva Paulina Rosales, exploraron opciones para enfrentar de mejor manera el Mieloma Múltiple.
Se habló del largo viacrucis que pasan estos pacientes antes de ser diagnosticados, dificultad que obedece en parte a que el MM no está en la mira de los médicos, ya no digamos de los de primer contacto sino inclusive de los hematólogos. En el Incan un paciente que es atendido de MM por primera vez, tardó más de 11 meses y pasó por 7 u 8 médicos antes de llegar con el que acertó.
Otro gran problema es que entre los médicos persiste el mito de que los jóvenes están lejos del cáncer, algo totalmente fuera de la realidad.
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