La primera ministra británica, Theresa May, aumentará el gasto en el servicio de salud pública británica (NHS, por su sigla en inglés) en 4.000 millones de libras (US$ 5.309 millones) al año, financiándolo con préstamos, impuestos y un "dividendo del Brexit", dijo el diario Daily Telegraph.

May dijo en marzo que quería que su Gobierno presentara un plan a largo plazo para el gasto en salud ante la creciente preocupación por el estado de una de las instituciones más queridas en el país.

El anuncio, que representaría apenas un aumento del 3% del presupuesto anual, se espera para el próximo lunes, mientras el NHS se acerca a su 70º aniversario, dijo el Daily Telegraph.

El sistema de salud británico, que ofrece atención gratuita y supone un tercio del gasto en servicios públicos del Gobierno, es uno de los asuntos más importantes para los votantes y a menudo se percibe como una debilidad para el Partido Conservador de May.

Durante el referéndum del Brexit en 2016, algunos partidarios de abandonar la UE, entre ellos el ministro de Exteriores, Boris Johnson, argumentaron que se podrían gastar 350 millones de libras semanales en el NHS si el país dejaba el bloque europeo.

Según el diario, el Gobierno estudia congelar el umbral en el que la gente comienza a pagar el impuesto de la renta y el nivel en el que el que se paga un 40% de los ingresos para financiar el aumento presupuestario.

Un portavoz de la oficina de May rechazó hacer comentarios.