Desayunar poco o nada duplica el riesgo de aterosclerosis, independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular, según un estudio realizado por investigadores españoles.
La sustancia desencadena la limpieza celular en la placa que da origen a la aterosclerosis. Lamentablemente, sólo funciona inyectada y no consumida oralmente.