A nivel mundial, mientras avancen los hallazgos en el campo de la medicina, se prevé que la esperanza de vida continúe incrementándose, lo cual irremediablemente aumentará el gasto en salud.
Latinoamérica gastó anualmente más de US$ 30.900 millones por enfermedades cardiovasculares en 2015. Sólo en Brasil la cifra fue de US$ 17.300 millones.