"Los inmigrantes que ingresan a este país no deberían ser una carga para nuestro sistema de salud y, en consecuencia, para los contribuyentes estadounidenses", afirmó.
La preocupación de las autoridades surge a partir del brote de sarampión registrado en países de las Américas y la recomendación de la Organización Panamericana de la Salud para que los países redoblen sus esfuerzos para vacunar a sus poblaciones.
El Ministerio de Salud anunció que incluirá las urgencias hospitalarias y algunas campañas de prevención, y que se origina como respuesta a la crisis humanitaria que ha impulsado a miles de venezolanos para entrar al país.
Según la titular de la cartera, Carmen Castillo, la lepra es una enfermedad que registra, al año, 200 mil casos en el mundo y que dice relación con las corrientes migratorias y no con grupos específicos de personas.
Una mejor alimentación, uso de medicina tradicional para afecciones comunes y el evitar el sobreconsumo de fármacos, con los consecuentes efectos secundarios excesivos, explican la mejor salud de los inmigrantes de primera generación.