neuronas

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Un estudio podría ayudarnos a comprender mejor cómo interactúan entre sí los diferentes tipos de células que existen en el cerebro para producir cognición y comportamiento.
Los dispositivos podrían ayudar a prevenir enfermedades como el Alzheimer.
Estudios recientes habían negado la neurogénesis adulta en el hipocampo, pero estos nuevos resultados lo contradicen.
El neurocientífico mexicano, especializado en la neurogénesis del cerebro, revela los alcances que puede tener conocer mejor los mecanismos de plasticidad para tratar ciertas enfermedades neurodegenerativas.
La célula tiene el aspecto de una rosa mosqueta y solo se encuentra en los seres humanos.
El catedrático de Biología Celular de la Universidad de Valencia ha buscado la creación de nuevas neuronas en el cerebro adulto sin éxito.
Utilizando estos sistemas, han logrado que algunos pacientes recuperen neuronas.
Se trata de una proteína cuya falta en algunos animales lleva a desarrollar defectos en regiones del cerebro.
Los investigadores de la Universidad de Stanford lograron crear hasta 50.000 neuronas por mililitro de sangre.
El hallazgo puede servir como guía para la cirugía del tumor cerebral mediante la identificación de áreas esenciales que se deben preservar durante la resección.
Un grupo de científicos en la Universidad de Tokyo lo ha logrado en un nivel básico, creando conexiones entre neuronas célula por célula.
Un estudio, liderado por la Universidad de Valencia, confirma que la neurogénesis hipocampal adulta es prácticamente inexistente, al contrario de lo que se ha pensado en las últimas décadas.
Este es un gran avance que no sólo profundiza el entendimiento sobre cómo se desarrollan las neuronas, sino que también servirá para investigar terapias para enfermedades como el Alzhéimer y el Parkinson.
El hallazgo, portada de la revista Cell Stem Cell, abre camino al desarrollo de nuevas terapias que puedan paliar las consecuencias de los eventos isquémicos en el cerebro, uno de los grandes retos de la medicina actual.
Investigadores españoles han descubierto un mecanismo que protege a las neuronas del daño provocado por el ictus y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson o la epilepsia.
Una investigación de la Universidad de Duke, Estados Unidos, ahondó en cómo se forman los hábitos (los buenos y los malos) para saber cómo tratarlos.
Neurocientíficos de la Universidad Autónoma de Madrid han conseguido medir por primera vez la estructura tridimensional de los contactos intercelulares que permiten que la información de los sentidos ‘entre’ a la corteza cerebral.
Con la falta de consciencia en el sueño profundo la actividad de millones de neuronas viaja por la corteza cerebral. Este fenómeno, conocido como oscilaciones lentas, está relacionado con la consolidación de la memoria.
Durante más de un siglo se pensó que las células nerviosas se comunicaban en una sola dirección. Isabel Llano, radicada en París, demostró que era un error.
El trabajo, llevado a cabo principalmente por la investigadora postdoctoral Valentina Annese, podría tener grandes repercusiones en el avance de tratamientos de enfermedades tan distintas como pueden ser los tumores pediátricos o el párkinson.