La tasa para este tipo de fallecimientos es de aproximadamente 0,7 por cada 1.000 bebés nacidos, y 1,59 por cada 1.000 niños maoríes nacidos en ese país.
El centro de investigación Living Cell Tecnologies, Nueva Zelanda, está implantando estas células en cerebros de personas que sufren esta enfermedad. La idea es estimular el crecimiento de dopamina, sustancia encargada de controlar el movimiento.