El nuevo trabajo, publicado en el British Medical Journal, recoge el consumo de alimentos y bebidas durante 15 años (1999-2014) de 19.899 voluntarios (12.113 mujeres y 7.786 hombres), a través de un cuestionario de frecuencia.
Según una investigación, la mejor temperatura, aquella con la tasa de muerte más baja, debe ser 22,8 grados centígrados. Las temperaturas más cálidas o más frías están relacionadas con un aumento del riesgo de muerte y enfermedad. Pero los efectos de las temperaturas más bajas duran más tiempo y son más severos que los anotados con las más altas.