"Los inmigrantes que ingresan a este país no deberían ser una carga para nuestro sistema de salud y, en consecuencia, para los contribuyentes estadounidenses", afirmó.
Por un tratamiento de US$ 100 en la sala de emergencias, algunos hospitales cobran a los pacientes hasta US$ 1.260. Un paciente no asegurado puede llegar a pagar hasta 27,7 veces más para que un especialista diagnostique una tomografía computarizada de su cabeza.