Los bebés en la unidad de cuidados intensivos neonatales (NICU, por sus siglas en inglés) generalmente tienen una gran cantidad de sensores adheridos a su piel, con cables que emanan de ellos.
El dispositivo consta de una pulsera y un dedal con sensores a fin de detectar la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la oxigenación de la sangre.