Esta semana dos equipos rivales de la Universidad de California en Bekerley y del Broad Institute del MIT han anunciado sus últimos avances en herramientas de edición genética CRISPR. Ambos grupos han utilizado los nuevos bisturís moleculares Cas12a y Cas13 para desarrollar plataformas de detección de ácidos nucleicos con las que se pueden diagnosticar el papiloma humano, el zika y el dengue, entre otras enfermedades.