La enfermedad mata a 1 millón de niños por año, según el último informe de la ONG Save the Children, y alrededor de 450 millones de personas se ven afectadas por ella en el mundo.
El jefe de Asuntos Médicos y Científicos para América Latina de Pfizer destaca la importancia de ellas puesto que han permitido mantener a raya a diversas enfermedades durante años, mismas que ahora vuelven a resurgir en parte por los llamados grupos anti vacunas.
Entre ellas figuran la BCG (Tuberculosis), DPT (Difteria, Tétanos y Tos ferina), antiamarílica, Hepatitis B, HiB, influenza, SPR (Sarampión, Paperas y Rubeola), Neumococo, Pentavalente, Polio (APO e IPV) y Rotavirus.
En el mundo existen casi 100 tipos de VPH, de los cuales 13 han sido detectados como riesgosos y que pueden derivar en otro tipo de padecimiento cancerígeno
A lo largo de 2017 se han presentado más de 62.000 casos de males que estos tratamientos habían ayudado a combatir, entre ellos sarampión, tos ferina y polio.
Un nuevo estudio confirma su efectividad para prevenir ingresos por esta causa, especialmente en pacientes sin condiciones médicas de alto riesgo, y en los pacientes de menor edad, entre 65 y 79 años. Los resultados de este estudio acaban de publicarse en la revista Eurosurveillance.
La escasez de medicinas y vacunas, a lo que se suman hospitales desatendidos y el éxodo de médicos, han resultado en el deterioro de la situación sanitaria del país.
Las estimaciones más recientes del organismo sanitario y de Unicef sobre inmunización señalan que cerca de 12,9 millones de niños pequeños en todo el planeta no recibieron la primera dosis de la vacuna DTP en el 2016, que combate la difteria, el tétano y la tos ferina.