Ariel Capone: "La tecnología va a ser el gran motor y catalizador de la transformación de la industria de la salud"
El rápido avance de la tecnología, en los últimos años no ha dejado campos indiferentes, y el área de la salud no es ajena a esta tendencia.
Y aunque son muchos los aspectos del cuidado de la salud que cambian con la aplicación de avances como el 5G, la Inteligencia Artificial y la telemedicina, para Ariel Capone, el vicepresidente de el Grupo Assa (gA), los puntos más importantes son hoy el impacto en la experiencia del paciente y el desarrollo de tratamientos personalizados.
Capone habló con Cluster Salud sobre estos puntos luego de su participación en el evento de AméricaEconomía "Liderazgo para la innovación en salud", realizado en México.
-¿Por qué decidieron enfocarse en el cuidado de la salud?
-Nosotros llevamos muchos años trabajando en esto; más de 15 años que tenemos una división fuerte de lo que nosotros llamamos "Life Sciences". Tenemos una basta experiencia en este vertical de negocios, con varios clientes muy relevantes. Y creemos que la tecnología va a ser el gran motor y catalizador de la transformación de la industria de la salud. Esto siempre empieza por un origen común, y es que la expectativa de vida crece. En países desarrollados ha llegado a crecer cinco años cada 20 años. Según un estudio de la ONU, la cantidad de gente mayor a 65 se va a triplicar para 2050 y eso tiene que ver con que todos se vuelven más longevos y que la natalidad disminuye, sobre todo en los países donde la expectativa de vida crece.
Una primera conclusión es que la población está envejeciendo y tiene un impacto lineal en las enfermedades crónicas, incluyendo algunas como el cáncer. Y ahí creo que es donde nos debemos enfocar para hacer más eficiente la industria de la salud.
-¿Cómo pueden estas tecnologías ayudar a hacer más eficiente la industria del cuidado de la salud?
-Definitivamente, a través de la tecnología, eso va a ser el gran catalizador. Por eso, yo digo que es muy importante enfocarse en cómo mejorar la experiencia del paciente. La tecnología está prácticamente presente en cada área de la salud y hay experiencia de que la tecnología está cortando ese gap entre industrias más centradas en el consumidor, que la industria de la salud.
Por ejemplo, la tecnología está complementando a los profesionales para hacer diagnósticos más asertivos. Me gusta la idea de complementar, porque no creo que los vaya a reemplazar. Quizás se reemplace a los profesionales sin el acceso a la tecnología.
El otro gran punto me parece que es la detección de enfermedades basadas en datos, como la experiencia del trabajo en genómica que hace unos años no había ni algoritmos ni capacidad de procesamiento, el secuenciamiento de ADN no estaba desarrollado. Esto es muy importante porque cambia el modelo desde manejar enfermedades a prevenir enfermedades.
El último punto, probablemente el más importante, es el de las enfermedades crónicas. Esto es clave si quieres analizar el impacto en la salud, porque son ⅔ del presupuesto de salud. Lo que se busca acá es el epicentro del tratamiento. Y como la tecnología reduce la distancia física entre pacientes y hospitales, cada vez el epicentro es más el hogar y no la entidad de salud. Aquí los dos correlatos directos son la calidad de vida del paciente y mejorar el sistema de salud en cuanto a costos.
La telemedicina es esa tecnología que va a acortar la distancia entre el paciente y el médico. Con más wearables, se están percibiendo variaciones anormales en el ámbito clínico que por big data y análisis, pueden alertar al médico. Por eso creo que los médicos pedirán citas a los pacientes en el futuro.
La clave aquí es el 5G, red que va a democratizar la telemedicina, reduciendo la latencia que impide desplegar tecnología que ya existe, como la realidad virtual o la hiper realidad, donde se crean entornos virtuales en tres dimensiones, que confunden lo físico y virtual. Esto es el concepto de metaverse, que es impresionante, donde el profesional va a tener acceso al paciente por telemedicina.
-¿Qué opina en ese sentido del uso del 5G para las cirugías a distancia?
-Lo que se llama cirugía robótica ya evolucionó mucho en los últimos cinco años y va a haber un cambio transformacional en los próximos años. Cada vez se ve más. Partió con Da Vinci, donde a todos nos sorprendía ver a un paciente siendo operado por la máquina, pero hoy va más allá de cirugías convencionales: apunta mucho a cosas donde el factor humano tiene un peso relevante. Todo lo que es la neurocirugía, que va a ser transformada por la precisión de la cirugía robótica.
-¿Y cómo ayudan estas tecnologías a mejorar la experiencia del paciente?
-Esto mejora porque cambia el epicentro del tratamiento de la enfermedad. Cuando antes, un paciente necesitaba visitar un hospital con frecuencia mensual, probablemente con esto esa necesidad de estar en el centro de salud va a disminuir considerablemente, no solo mejorando la calidad de vida, sino también haciéndolo más importante en las zonas rurales, donde hay un factor preponderante: la gente con poco acceso a los centros de salud, cuando por fin llega, probablemente tiene una enfermedad avanzada, poniendo en riesgo los resultados. La telemedicina va a cambiar esa experiencia del paciente, porque va a mejorar la calidad de vida reduciendo las visitas, por el monitoreo a distancia; se va a detectar mucho antes de algo sintomático, y va a mejorar también la industria de la salud en general.
-¿Cuál es el beneficio en términos de ahorro?
-Yo no tengo una cifra para esto, pero cada vez que un paciente va a un hospital, una institución donde el metro cuadrado es muy costoso por los equipos y los profesionales, si yo reduzco la cantidad o la frecuencia de las visitas a las entidades de salud, evidentemente hay una reducción de costos. Y por supuesto en la calidad de vida del paciente.
Pero esto debe ser una visión sobre cómo la industria acorta este gap con otras industria centradas en el paciente.
-¿Cómo está cambiando la industria farmacéutica con los nuevos avances tecnológicos?
-Hoy la biotecnología está transformando la industria farmacéutica porque hasta hoy -los tratamientos- son talla única y el mismo tratamiento se aplica a todo el universo de pacientes con el mismo diagnostico, mientras la biotecnología apunta a tratamientos personalizados.
Concretamente, estamos utilizando una plataforma que se llama Navigate, que funciona como un lego de tecnologías que están perfectamente combinadas entre sí, data maning, Robotic Process Automation, IA, machine learning; esa plataforma lo combina todo. Y lo que estamos haciendo es trabajar mayormente en el área de oncología para grandes empresas de la industria farmacéutica. Estamos repensando el modelo de la industria con estos nuevos tratamientos, creando gemelos digitales que apuntan a mejorar la experiencia del paciente en ensayos clínicos con terapias experimentales y desde el punto de vista del negocio, para repensar la industria en un futuro. Ya no se trata de hacer píldoras, empacarlas y mandarlas a una farmacia para todos los pacientes. Son terapias uno a uno; cambia el tratamiento, pero también la cadena de producción, y hay que entender la factibilidad económica.
-¿Cree que es necesario en este sentido un trabajo en conjunto entre gobiernos, industria y actores como ustedes?
-Nosotros colaboramos con grandes compañías, y me parece que hay diálogos pendientes entre nosotros, entre los productores y los gobiernos y los pagadores, las aseguradoras. Pero también hay otras pendientes y son muy importantes, como en el tema de ética, privacidad de datos y regulación.
Este tema es común denominador de todos y hay varios movimientos en la industria pasando al mismo tiempo. La ética y la IA es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, donde hoy aún no hay una respuesta. Requiere nuevas formas de pensamiento y se necesitan en tiempo record.
Los datos son la materia prima del siglo y crecen día a día, porque todos estamos conectados y dejamos huellas digitales. Creo que el mundo analógico está sobre-regulado, si lo quieres, y el digital sub-regulado. Creo que aún falta encontrar cómo regular esa propiedad intelectual de los datos sin detener el progreso ni limitar la creatividad.
Si bien hoy usamos IA para buscar nuevos tratamientos contra el cáncer, sabemos que el IA influencia voluntades y es un juego de poderes y esa es una conversación pendiente.
-¿Cómo se puede alcanzar ese equilibrio entre la privacidad del usuario y la libertad de avanzar?
-Primero, como empresa tenemos nuestras reglas de privacidad, trabajamos con empresas que nos llevan a la regulación del FDA. En ese sentido, la industria farmacéutica y de medical devices, y la de sistemas financieros, están probablemente más avanzados en esto que otras industrias. Nuestro trabajo está regulado por entidades como el FDA que tiene normas estrictas de privacidad, de nombres, diagnósticos, y en ese sentido corremos con esa suerte. Pero hay industrias que aún están lejos de ese ideal.
-¿Cómo ves la aplicación de estas tecnologías en el escenario latinoamericano?
-Latinoamérica es un lugar donde, desde el punto de vista médico, la calidad de los profesionales es fantástica. Yo vivo en EE.UU. y extraño los profesionales latinoamericanos. Desde el punto de vista de tecnologías experimentales, Latinoamérica se usa mucho en ensayos clínicos, por la calidad de las instituciones y los profesionales. Como ejemplo, existe hoy una empresa que se dedica a ver la parte de diálisis y está utilizando a Colombia como piloto mundial con clínicas de diálisis propias, y Latinoamérica es un lugar donde las farmacéuticas se están fijando para llevar adelante nuevas tecnologías.
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