Así afecta la falta de la gravedad al cuerpo humano
Alexánder Jojlov pasó cinco días bañándose, todo por el bien de la ciencia. Sin embargo, no se refocilaba en el baño de su casa. Lo que hizo se llama “inmersión en seco” y en realidad es muy parecido a experimentar la microgravedad.
Para el experimento, el cuerpo de Alexánder fue envuelto en láminas de plástico. Sólo se le quedaron fuera los brazos y la cabeza. Su piel estaba protegida por una sábana, que se cambiaba todos los días. Sólo vistió calcetines, pantalones y una camiseta. A pesar de todo esto, parecía relajado y cómodo cuando hablamos con él.
“Durante las primeras horas sin el apoyo de la gravedad me sentí bien, algunos otros sujetos incluso sintieron placer. La temperatura del agua era agradable, 31°C. Sin embargo, la primera noche ya sentí que tenderme en un baño durante cinco días es un trabajo duro. Por lo general, los cosmonautas y los sujetos del experimento sienten dolor en la espalda. Tuve suerte de no sentir dolor, pero por supuesto mi columna se estiró y crecí 3 cm”.
Alexánder pasó pruebas médicas casi cada hora y recibió electromiostimulación durante tres horas. Esto último se siente como una palmada rítmica puntual/hormigueo en los muslos y las espinillas. La electromioestimulación de baja frecuencia se utiliza para compensar los efectos nocivos de la ingravidez sobre los cosmonautas y también es útil para las personas ancianas y enfermas con movilidad limitada.
“Un inconveniente de la ingravidez fue la reacción que provocó en mi estómago (flatulencia, hinchazón y aumento de la formación de gases en el intestino)”, explicó Jojlov. “Aparte de eso, puedes tener problemas para dormir. La primera noche dormí sólo dos horas. En el quinto día, sin embargo, me sentí muy bien como resultado de la euforia de completar el experimento y de que mi cuerpo se adaptara a la ingravidez condicional”.
Los efectos adversos de la ingravidez
El Instituto de Problemas Biomédicos (IBMP) donde se llevó a cabo este experimento fue fundado en 1965 por el legendario Serguéi Koroliov y Mstislav Kéldish para investigar el apoyo biomédico a los vuelos espaciales tripulados. Aquí es donde profesionales de la fisiología a la psicología trabajan juntos en un intento de hacer la vida en una estación espacial segura, saludable y cómoda
Una de las principales maravillas del espacio es la ingravidez. En 1970 dos cosmonautas soviéticos (Vitali Sevastiánov y Andrián Nikoláiev) pasaron 17 días en un vuelo único que batió el récord (sin atracar en una estación orbital) de estancia en una nave espacial. A pesar de que trabajaron mucho durante todo el vuelo, pasaron el tiempo flotando en ingravidez sin actividad física.
Cuando los cosmonautas regresaron a la Tierra, les costaba por moverse sin ayuda y terminaron en el hospital en malas condiciones. El diagnóstico: atrofia muscular grave y reacciones negativas del sistema cardiovascular como resultado de hipodinamia e hipoquinesia. Desde entonces, los médicos han descrito estos síntomas como el “efecto Nikoláiev”.
Después de este incidente, los médicos e investigadores espaciales del IBMP recibieron el encargo de simular la ingravidez en la Tierra y desarrollar los medios para prevenir sus efectos adversos.
Estudio de la microgravedad
La microgravedad es el principal problema de salud de los vuelos espaciales tripulados de larga duración. Hay tres maneras de simular la ingravidez en la Tierra. Primero, la ingravidez real, que se puede conseguir cuando se vuela en un avión a lo largo de una trayectoria parabólica, pero sólo dura de 20 a 22 segundos.
Segundo, la hipoquinesia antiortostática: el sujeto es acostado boca abajo en una cama especial, con un ángulo de inclinación de -6° a -30°. Este método permite estudiar el efecto de la ingravidez simulada sobre todo en la sangre y el sistema linfático. También funciona en el aparato locomotor, pero lentamente, toma al menos unas pocas semanas o incluso meses.
Tercero, la inmersión en seco, cuando el sujeto es colocado en un baño especial, el cual es cubierto con láminas plásticas para prevenir el contacto con el agua. En este caso, la influencia de la “ingravidez” en el cuerpo aparece mucho más rápido, de media en un periodo de entre tres a cinco días. Este modelo proporciona los principales factores que afectan el estado de ingravidez de los cosmonautas.
Los experimentos de modelos con inmersión en seco señalaron las razones del efecto Nikoláiev y los métodos de prevención. La solución: máquinas de ejercicio (cinta caminadora, veloergómetro, cargador de fuerza o expansores), que ayudan a prevenir la atrofia muscular en el espacio. Los cosmonautas entrenan unas horas todos los días para poder así caminar cuando regresan a la Tierra.
El beneficio de los estudios de inmersión en seco es obvio no sólo para los vuelos espaciales tripulados, sino también para ayudar a las personas con necesidades especiales en la Tierra. A finales de este año, el IBMP planea colocar a alguien en inmersión en seco durante tres semanas. Alexánder podría recibir otra llamada pronto.
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