Buscan que las personas vivan hasta los 100 años por medio de un fármaco
Los cuatro hermanos Kahn, judíos asquenazíes, rompieron las barreras de expectativa de vida al morir a los 101, 103, 109 y 110 años cada uno. Por esto, se convirtieron en un caso de estudio para rastrear una hipótesis que los científicos persiguen desde hace mucho: existe un gen asociado a la longevidad que podría tener las respuestas de porqué unos humanos viven mucho y otros no. Y no, no estaría relacionado con hábitos que se relacionan a la mortalidad, como fumar o comer sano.
Estas son algunas de las conclusiones que ya arroja el Proyecto de los Genes de la Longevidad, dirigido por el médico Nir Barzilai, del Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Nueva York. Una mega investigación que busca estudiar el material genético de 670 judíos asquenazíes que vivieron hasta a los 100 años y que arrancó en 1998. Aunque muchos ya murieron, como los hermanos Kahn, la idea es que el rastreo de su ADN permita encontrar las claves de la longevidad humana.
De hecho, según explicó Barziliai al periódico español El País, los genes parecen ser un factor más determinante que un estilo de vida saludable. Es más, el 60% de los hombres y el 30% de las mujeres que llegaron a los 100 años fumaron la mayoría de su vida. Mientras casi la mitad eran obesas y menos del 50% practicaban ejercicio. “No hacen nada saludable. Tienen genes que los protegen”, afirmó el director.
El “gen protector” del que habla Barziliai, y que tenían los cuatro Kahn, podría tratarse de una mutación asociada a producir niveles más altos de colesterol bueno, concluye un primer artículo publicado en Science Advances.
Además, al igual que sucede con las razas de perros, donde las más pequeñas viven más que las grandes, el proyecto encontró que más de la mitad de los centenarios no tienen una actividad correcta de la hormona del crecimiento. “Una cantidad baja de hormona del crecimiento las protege (a las mujeres) de morir. Incluso las mujeres de 100 años, si tienen muy poca hormona del crecimiento, vivirán el doble de tiempo más que las mujeres de 100 años con niveles más altos”, explica Barzaliliai a El País.
Sin embargo, por el momento, estás son sólo aproximaciones. Por esto, el programa está próximo a comenzar un nuevo ensayo clínico, que costará US$ 70 millones y reclutará a 3.000 personas entre los 65 y 80 años, para demostrar que los efectos de la vejez se pueden retrasar en bloque y por medio de un fármaco: la metformina.
La metformina es una droga que se utiliza, usualmente, para controlar la cantidad de azúcar en la sangre de pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, en este ensayo los investigadores lo recetaran a personas que no tienen esta enfermedad. La mitad del grupo recibirán este fármaco y la otra mitad no recibirá nada.
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