Campos electromagnéticos en el trabajo no se relacionan a un mayor riesgo de tener tumores cerebrales
Los campos electromagnéticos de alta frecuencia son una forma de radiación no ionizante y comprenden frecuencias intermedias (3kHz-10MHz) y radiofrecuencias (10MHz-300 GHz). Sobre la base de evidencia experimental y epidemiológica limitada, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cancer (IARC) de la OMS, los clasificó como posiblemente carcinógenos para humanos, pero pocos estudios recientes han proporcionado más información sobre la exposición durante el trabajo.
Un estudio epidemiológico liderado por ISGlobal, centro impulsado por la Fundación Bancaria ”la Caixa”, y que se encuentra entre los más amplios realizados hasta la fecha, no ha observado asociaciones claras entre la exposición ocupacional a campos electromagnéticos (CEM) de alta frecuencia y el riesgo de glioma o meningioma.
“Este es el mayor estudio sobre tumores y exposición a frecuencias intermedias y radiofrecuencias realizado hasta la fecha”, explica Elisabeth Cardis, jefa del Programa de Radiación de ISGlobal y coordinadora del estudio.
El equipo investigador desarrolló una ‘matriz de fuentes de exposición’ basada en medidas obtenidas de la literatura para las fuentes de campos electromagnéticos reportadas por los participantes del estudio. Con esta herramienta y con datos individuales detallados, estimaron la exposición individual a frecuencias intermedias y radiofrecuencias en el trabajo, y la posible asociación con el riesgo de glioma o meningioma, dos de los tumores más frecuentes en adultos.
Trabajar cerca de radares o antenas
El estudio INTEROCC, realizado en el marco de INTERPHONE y con apoyo del proyecto europeo GERoNIMO, incluyó 2.054 casos de glioma, 1.924 de meningioma y 5.601 controles de siete países. Las ocupaciones expuestas a campos electromagnéticos incluyen trabajar con o cerca de radares, antenas de telecomunicación, diagnóstico y tratamiento médico y hornos microondas, entre otros.
A pesar de las mejoras importantes en la manera de estimar la exposición, este amplio estudio caso-control no proporciona evidencia clara para una asociación entre exposición acumulada a radiofrecuencias o frecuencias intermedias y riesgo de glioma o meningioma. Sin embargo, el número de participantes expuestos fue bajo: solo el 10% estaba expuesto a radiofrecuencias y menos del 1% estaba expuesto a frecuencias intermedias, lo cual limita el poder estadístico para encontrar asociaciones, si es que existen.
“Nuestra estrategia para estimar la exposición individual supone una mejora importante con respecto a los esfuerzos previos para estimar los riesgos de exposición a campos electromagnéticos de alta frecuencia. Aunque no encontramos una asociación positiva, observamos una indicación de mayor riesgo en el grupo con exposición reciente a rediofrecuencia, lo cual indica que es necesaria más investigación”, explica el primer autor e investigador de ISGlobal, Javier Vila. “También necesitamos investigar posibles interacciones con otras frecuencias o con químicos”, señala Cardis.
Los resultados subrayan la necesidad de seguir investigando sobre las radiofrecuencias (RF) y el desarrollo de tumores, así como las posibles interacciones con otras frecuencias o con sustancias químicas.
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