Dr. Jorge Valdez: "La universidad debe ser un motor de la innovación en salud"

Jueves, 07/11/2019
El Decano y Director General de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey se presentará en el foro Liderazgo para la Innovación en Salud de AméricaEconomía a realizarse el 14 de noviembre en CDMX.
Juan Toro / Cluster Salud

La innovación se ha posicionado como un elemento vital en muchas industrias y el cuidado de la salud no se queda fuera. En este contexto, las universidades tienen un rol protagónico, y así lo explica el Dr. Jorge Valdez, Decano y Director General de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey.

En la antesala a la presentación del Dr. Valdez en el foro Liderazgo para la Innovación en Salud de AméricaEconomía a realizarse el 14 de noviembre en CDMX, hablamos con el decano sobre su visión de estas instituciones:

-¿Cuál es el rol de las universidades en innovar y realizar cambios en los modelos de salud?

-La universidad, y en particular las escuelas de medicina y ciencias de la salud junto con otras disciplinas, deben ser motor de la innovación, un motor crucial. Son como el epicentro, porque son las encargadas de formar el recurso humano con visión de innovación, que vean que su profesión es una que busca innovar.

Es también importante determinar el propósito de la innovación, cumplir una línea como el contrato social: Innovamos para agregar valor a la sociedad. Innovamos con esa visión.

Otro rol importante es ser el espacio y escenario, el playground, donde se puede experimentar con la innovación, donde aprendes a jugar con la innovación, y cuales son esos primeros pasos del pensamiento innovador. Debemos crear esos espacios innovadores.

Se suma a esto el ser el espacio de los expertos en innovación, no se forman innovadores sin eso. Es el lugar preparado con mentores que pueden promover la innovación, que ayudan a aprender las etapas del proceso innovador.

Creo que ser un ejemplo a seguir es una gran función de la universidad moderna, buscar cómo permear esa innovación hacia la sociedad, interactuar con ella para ser universidades líquidas -ó 2.0-, que salen de sus espacios. Nuestros espacios son innovadores y hay que darle ese espacio.

-¿Cuáles son los principales obstáculos al cambio y la innovación en las instituciones de salud en México?

-La primera es esta postura, no solo de México, de pensar que lo estamos haciendo muy bien. Cuando uno asume que lo hace bien, no hay espacio para mejorar, pierdes propuestas novedosas y hay una postura intrínseca en los profesionales de salud y los sistemas en este sentido.

La otra es que la cultura de innovación permea poco, porque nuestros modelos educativos no fomentan ni promueven el pensamiento innovador en los profesionales. Se busca que sean seguros, se atengan a protocolos, pero se orienta más a los normativo y no a los temas que buscan oportunidades, encontrar problemas solucionables y mejora de lo que hay.

También se cree que la innovación siempre conlleva el uso de recursos y que se necesitan recursos para innovar, que no siempre es cierto.

Y por último, existe una mala concepción al pensar que la innovación siempre se trata de productos y no de gestión y procesos. Entonces, esto resulta en que los liderazgos usualmente no tienen desarrollada esa parte de innovación y no lo consideran como un elemento importante en sus posiciones.

-El área salud tiene la particularidad de que la alta dirección es desarrollada en gran parte por médicos que no vienen directamente desde áreas como la administración o la gestión, ¿Qué ventajas y desventajas tiene esta particularidad?

-Que sean médicos no debiese ser un impedimento o una desventaja, pero sí lo es en cuanto a que la mayoría se han formado en modelos tradicionales, donde la innovación no está presente. Se forman en modelos tradicionales con esta aproximación desactualizada, una aproximación biologisista, en el modelo biomédico, ni siquiera en el biopsicosocial, ni hablar de los más modernos donde hay muchas competencias más allá que las estrictamente medicas.

Hay pocas escuelas o centros formadores con experiencia formando en modelos de este tipo, es una constante, a pesar de que se han desarrollado modelos internacionales que han empujado hacia allá, que hablan de otras competencias.

-¿Qué áreas críticas debe potenciar un profesional de la salud para desarrollarse en la alta dirección en salud?

-Yo creo que tiene que desarrollador habilidades de liderazgo, que es donde terminan estas competencias. El médico debe asumirse como líder, particularmente cuando está en una posición de liderazgo. Son competencias que acompañan el día a día, y en particular una de ellas, la visión estratégica es necesaria para saber qué se necesita y que innovar es parte del éxito, porque las estrategias innovadoras tienen una ventaja sobre las tradicionales. Estas competencia no son bien desarrolladas, se habla en la literatura de por qué el médico no lidera, pero es porque no se forma en esas habilidades suaves y menores comparadas a las estrictamente biomédicas.

-En el actual escenario de área salud ¿cómo enfrentar el cambio desde una cultura de atención en salud centrada en el hospital, con la figura del Médico responsable de la toma de decisiones, hacia una cultura centrada en el paciente?

-Lo primero es que queramos o no, lo busquemos o no, el paciente se está empoderando, tiene acceso a mayor información, sobre todo en sociedades democráticas, de sus derechos. Hoy se sabe que la mayoría de las soluciones de salud no ocurren en el hospital, es fuera y si a eso le ponemos el desarrollo tecnológico que hay y habrá, vamos a migrar la atención a nuevos espacios fuera del hospital.

El mismo hospital va a tener que reinventarse en esta aproximación que hace a la salud, para pensarse como centros de salud y no solo que atiendan la enfermedad. Van a tener que tener mucha más comunicación con sus usuarios para atender estas necesidades de salud, que no es lo mismo que una necesidad de enfermedad. Y acompañar mucho a los procesos ambulatorios. Donde vamos a tener que movernos es a los espacios domésticos, donde vive el paciente y ser capaces de dar soporte de la vida saludable desde los espacios de salud. Hay que llevar la salud a la casa y meter el hospital dentro de la casa, hay que entrar.