Hongos alucinógenos podrían ser útiles para tratar trastornos mentales
El uso de compuestos de sustancias alucinógenas para tratar trastornos mentales, es un asunto que cada vez se discute con más intensidad. El último capítulo de esa historia fue protagonizado por un grupo de especialistas de la reconocida Universidad Johns Hopkins que, en una publicación en la revista Neuropharmacology, hizo una particular recomendación: reclasificar, para uso médico, la psilocibina, uno de los compuestos de los hongos alucinógenos.
La idea, dicen, es que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) quite esa sustancia de la Lista I, que indica “sin beneficio médico conocido”, y la incluya en la Lista IV, donde hay píldoras para dormir que requieren una prescripción.
La sugerencia de estos profesores de la Escuela de Medicina de la U. John Hopkins, resultó luego de evaluar datos desde 1940 que muestran, como le aseguró uno de ellos al The New York Times, que “los psicodélicos son agentes poderosos de comportamiento".
De hecho, según Matthew W. Johnson, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de esa institución, la FDA ya ha aprobado algunos ensayos con psilocibina. “Esto puede ser una nueva era en la medicina”, le dijo al diario estadounidense.
Sin embargo, antes de que esa propuesta sea una realidad, la FDA debe hacer estudios rigurosos y extensos que demuestren la efectividad de esa sustancia. De acuerdo con los cálculos de los autores del artículo, pueden duran unos cinco años.
En caso de resultar una posibilidad no se les suministraría, claro, hongos a los pacientes, sino que se les daría una cápsula que contenga psilocibina sintética. Depresión y ansiedad son algunos de los trastornos que podría ayudar a combatir, aunque, como dicen los médicos, también es necesario establecer un control muy estricto para su uso.
En el documento que publicó Johnson, junto a los médicos, Roland R. Griffiths, Jack E. Henningfield y Peter S. Hendricks, aseguran que la psilocibina no genera una dependencia física y que podría ayudar a tratar otras adicciones como la del tabaco o la del alcohol.
“Los efectos adversos de la psilocibina médica son manejables cuando se administran de acuerdo con los enfoques de gestión de riesgos y, aunque se requieren estudios adicionales, esta revisión sugiere que la colocación en el Anexo IV puede ser apropiada”, apuntan en sus conclusiones.
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