Las enfermedades autoinmunes aumentan el riesgo cardiovascular y de mortalidad

Martes, 29/08/2017
Así concluye un estudio, publicado este mes en la revista Heart, tras analizar a casi un millón de personas durante un período de seis años.
SINC

Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del IDIAP Jordi Gol acaban de publicar un artículo donde indica que las enfermedades autoinmunes aumentan significativamente el riesgo cardiovascular y de mortalidad general. Esto es particularmente marcado en personas con artritis reumatoide o lupus eritematoso sistémico.

Además, los expertos han observado que las patologías inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, incrementan el riesgo de ictus y el de mortalidad por cualquier causa. El artículo se publica este mes en la revista Heart.

La artritis reumatoide afecta entre 150.000 y 200.000 personas en España, y la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa a unas 100.000 personas

Para llevar a cabo el estudio se ha seguido una muestra de pacientes durante seis años que incluyó a casi un millón de personas con edades comprendidas entre los 35 y los 85 años, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.

Según los autores, el gran tamaño de la muestra ha permitido estimar la incidencia de eventos cardiovasculares y la mortalidad en personas diagnosticadas de enfermedades autoinmunes.

La prevalencia de algunas de estas enfermedades es relativamente frecuente, por lo que su impacto no es bajo. Así, se estima que la artritis reumatoide afecta entre 150.000 y 200.000 personas en España, y la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa a unas 100.000 personas, aproximadamente.

"Queríamos ver si se incrementa el riesgo de enfermedad coronaria, ictus o mortalidad general en personas con patologías autoinmunes de carácter inflamatorio, como Crohn, colitis ulcerosa, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico o espondilitis anquilosante, y establecer su incidencia por cada patología", explica María Grau, investigadora principal del artículo, del grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular del IMIM.

Los resultados del estudio constataron que trastornos sistémicos del tejido conectivo –por ejemplo el lupus– y la artritis reumatoide son las enfermedades que tienen asociado un mayor riesgo cardiovascular y de mortalidad general, seguido de las patologías inflamatorias del intestino, como Crohn y la colitis ulcerosa, que suponen un incremento del riesgo de ictus y de mortalidad.

Reducir su incidencia


Aunque estudios anteriores ya habían mostrado una relación entre las enfermedades inflamatorias autoinmunes crónicas con el riesgo cardiovascular, el amplío tamaño de la muestra y el tipo de diseño del presente estudio permite que estos resultados sean más generalizables.

El amplío tamaño de la muestra y el tipo de diseño del presente estudio permite que estos resultados sean más generalizables

"Se cree que el aumento del riesgo cardiovascular y de mortalidad en la artritis reumatoide y el lupus son debido a la interacción de la inflamación, los factores metabólicos, la terapia y los factores relacionados con la enfermedad", explica María Grau.

"Por tanto, desarrollar nuevas herramientas para la predicción de eventos cardiovasculares que incorporen biomarcadores de actividad de las enfermedades inflamatorias autoinmunes, podría ayudar a reducir la incidencias de estos eventos", añade.

La prevención, la clave

La prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares es una prioridad primordial de la agenda de salud pública, ya que es la principal causa de muerte en el mundo desarrollado y está aumentando en los países en desarrollo. La base común de dichas patologías es la aterosclerosis, un proceso degenerativo inflamatorio presente durante toda la vida de una persona.

Los trastornos autoinmunes afectan a la población en la etapa de la vida más productiva y son además muy discapacitantes. Su detección precoz es fundamental porque hay un periodo, al inicio de la enfermedad, donde todavía se puede evitar el daño permanente que puede derivar en otros órganos.

Para los autores, una mejor comprensión de la relación entre estas condiciones y la morbilidad cardiovascular puede ayudar en la evaluación temprana y el manejo de los factores de riesgo, mejorando los resultados a largo plazo de los pacientes con estas patologías.

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