Santiago de Torres, de Atrys Health: “Nuestra obsesión es que todo lo que tenga una imagen médica se pueda enviar a la nube y que un buen especialista lo pueda ver en cualquier lugar”

Miércoles, 09/09/2020
Tras adquirir este año dos empresas de telemedicina en América Latina, Atrys Health, la multinacional española de servicios médicos se ha convertido en la primera compañía de telemedicina de lengua española. En esta entrevista, su presidente comenta cómo consolidarán la prestación de servicios médicos a distancia para dotar de doctores especializados a todos los rincones de la región.
Natalia Vera

El déficit de especialistas médicos en las zonas más alejadas ha convertido a América Latina en terreno fértil para la telemedicina, cuya adopción ha sido acelerada por el COVID-19. La compañía española Atrys Health ha puesto la mira en esta región para expandir sus servicios a través de la compra de empresas de telemedicina. Así, en junio de 2020 adquirió ITMS, empresa líder en telemedicina en Chile, con una fuerte presencia en Colombia, Brasil y Perú. En agosto pasado, se hizo de AxisMed, del Grupo Telefónica en Brasil y antes de que termine el año prevé hacer lo mismo con una empresa en Perú y otra en España. 

De esta forma, la compañía que cotiza en el Mercado Alternativo Bursatil (MAB) español desde 2016 ya cuenta con una capitalización de US$ 280 millones y proyecta cerrar este año con US$60 millones de ingresos y un ebitda de US$ 17 millones. América Economía conversó con Santiago de Torres, presidente de Atrys Health, quien detalla los planes del grupo en la región latinoamericana

- ¿Qué ha motivado esta rápida expansión en América Latina? 

Cuando fundamos Atrys Health hace cuatro años y medio lo hicimos con la mira en crecer en América Latina porque nos parece que tener un idioma que hablan más de 500 millones de personas, donde tenemos diferencias horarias de entre seis y ocho horas, con profesionales muy buenos en ambos lados del Atlántico era un modelo que teníamos que intentar aprovechar. Montamos un proyecto en que los exámenes de urgencias de España que se realizan por la noche se puedan informar de día en América Latina. Hace un año compramos una empresa en Colombia [Teleradiología de Colombia] y ahora hacemos eso. Si vas a urgencias en cualquier lugar de España a las dos de la madrugada y te hacen una resonancia, la imagen la enviamos a través del cloud y la informa un radiólogo en Medellín que está en el turno de tarde y en menos de 60 minutos llega el informe al hospital de España. Nosotros de noche no trabajamos y de esta manera en el mismo momento, con siete horas de diferencia, el negocio tiene mucho margen porque la noche se paga mucho mejor que el día. Con estas adquisiciones hemos construido Grupo Atrys que es el primero en lengua española de telemedicina en el mundo, somos líderes absolutos. Próximamente estaremos cerrando la compra de otra empresa en Perú para crear un grupo cada vez más grande.

- Con estas adquisición y las que están por venir pronto, ¿cuánto ha aumentado su capacidad de diagnóstico?  

Con las incorporaciones que estamos haciendo y sumado a lo que ya teníamos, este año vamos a hacer más de cuatro millones de informes al año. Un informe es una mamografía cuya imagen se sube a la nube y un radiólogo -que puede estar en tu ciudad o a 10.000 kilómetros de distancia- la informa. Hacemos exámenes de electrocardiograma, TAC (tomografía axial computarizada), fondo de ojo, densitometría, resonancias, todas son imágenes. La primera empresa en el mundo es una americana que hace 12 millones de informes al año. La segunda hace 4,6 millones y la tercer es Atrys, que hacemos 4,1 millones. No podemos llegar a 12 millones de informes al año, es un millón de informes al mes, una barbaridad, pero sí nos gustaría en un futuro no muy lejano ser la segunda en el mundo, fuera de la lengua española. 

- ¿Todos los servicios que proveen se basan exclusivamente en la plataforma tecnológica?

Trabajamos mucho con la plataforma tecnológica, todo va al cloud y desde ahí tenemos unos 350 médicos informando en la nube. También hacemos mucho diagnóstico oncológico de precisión. En el mundo del cáncer lo que importa cada vez más es que el diagnóstico sea lo más preciso posible para que el tratamiento a seguir sea más claro. Nuestra obsesión es que todo lo que tenga una imagen médica se pueda enviar a la nube y que un buen especialista lo pueda ver en cualquier lugar. Nos dedicamos mucho al cáncer, tenemos una gran especialización en ello. Trabajamos también muchos temas de big data. Los datos y su gestión es lo que realmente va a marcar el futuro. Nosotros hacemos cuatro millones de informes al año. Además de cobrar por hacerlos a los hospitales, somos capaces de -mediantes algoritmos- sacar conclusiones que deriven a propuestas de cara a una big pharma, y eso es otro negocio. Hemos visto 250 mil mamografías de mujeres de entre 25 y 55 años y de esas, 20 mil tienen problemas, pero en el resto que no, si vemos algunas características interesantes. Podemos aportar valor y para ello hemos comprado una empresa que hace big data en salud para ayudarnos a trabajar con inteligencia artificial y con algoritmos la gestión de esos millones de datos y sacar conclusiones.

- ¿Cómo han encontrado a la telemedicina en América Latina? 

Hemos visto que es una región bastante cambiada. Los médicos se concentran en las grandes ciudades, mientras que las pequeñas y medianas adolecen de especialistas. Hay muchas regiones en estos países que nunca tendrán un cardiólogo físico, pero pueden tener uno en la nube y es ahí donde estamos trabajando mucho. Nosotros repartimos unidades pequeñas para hacer electrocardiogramas que pueden ser usados por un médico generalista o una enfermera, la imagen va al cloud y un cardiólogo le informa lo que se ve en la imagen. Con esto, los diabéticos pueden hacerse un examen de fondo de ojo cada año, monitorear alguna retinopatía y evitar así un desprendimiento de retina. La idea es llevar al especialista lo más lejos que podamos, aunque físicamente no llegue nunca. En vez de enviar especialistas, enviamos imágenes a través de la nube y el especialista en Bogotá, por ejemplo, verá la mamografía o la resonancia magnética que le llegará de cualquier punto de Colombia o de América Latina, la informará y la enviará al médico de cabecera.

- El COVID-19 ha acelerado el uso de tecnología en diversas industrias. ¿Cómo ha sido la experiencia para Atrys Health? 

La pandemia ha tenido dos consecuencias. Una, las consecuencias del mismo COVID, que dejado millones de infectados y miles de fallecimientos en muchos países. En paralelo, ha provocado que la gente que tiene otras enfermedades no vaya a los hospitales porque le da miedo contagiarse de COVID. No había atención para los enfermos de cáncer o personas con problemas cardíacos porque todo se volcó al COVID y esto ha provocado un incremento de la mortalidad de otras enfermedades. Nosotros tenemos laboratorios para hacer los test serológicos o PCR. También hemos puesto en marcha en Chile y en Brasil sistemas de video consultas. Así uno puede ver a su médico, no por COVID, sino a su oncólogo, cardiólogo ginecólogo o pediatra. Lo que está haciendo el uso de la teleconsulta es exponencial. Si bien hemos desarrollado plataformas para esto, asumimos que en un futuro habrá algunas enfermedades que no requerirán que el paciente visite físicamente al médico. Esto con el COVID se ha disparado mucho. Era un avance que se iba a dar en 2025, pero ya lo estamos viendo ahora.

- Así se gestionará la telemedicina post-COVID.

La telemedicina post COVID va a estar más implantada y la seguiremos implantando. El uso de las tecnologías y las comunicaciones se seguirá acelerando mucho debido al COVID. En las casas ahora hay tablets para que los niños puedan hacer las clases virtuales y estas también se terminan usando para ver al médico. En los centros de atención primaria se han instalado tecnologías que antes no había. Cuando pase el COVID servirán para tratar a pacientes crónicos. Todo eso está para quedarse y para seguir creciendo. Debemos lograr que la gente de poblaciones alejadas que no tiene acceso a especialistas médicos pueda disponer de ellos, aunque no estén físicamente allí. A eso es lo que va a conducir este fenómeno de la telemedicina en los próximos años.

- ¿Hasta qué punto llegará la telemedicina?

La telemedicina tiene pocos límites tecnológicos. Hoy, en el pueblo más remoto de Perú hay internet. No en las casas, pero sí en la biblioteca o en la escuela. Ese internet que viene por cable o satélite permite descargar clases para los alumnos, pero también imágenes médicas. Hay que dotar a los centros de salud de los pueblos de equipos diagnósticos para obtener esas imágenes, es decir, un electrocardiógrafo, un mamógrafo, un densitómetro o un TAC. Esos equipos van llegando cada vez más. Los que no llegan son radiólogos porque no hay. Tenemos que formar técnicos, que no son lo mismo que radiólogos. ¿Dónde están los radiólogos? En la nube, al igual que los cardiólogos y neumólogos. El equipo y el técnico están en la población; el médico generalista, con el paciente, pero en la nube tendrás a los especialistas. Eso va ayudar a mejorar mucho el nivel de prestación que van a tener todas esas personas que hoy tienen déficit de médicos especialistas.

- ¿Actualmente el grueso de las teleconsultas es para pacientes COVID?

Tenemos un bloque grande de consultas por COVID. Incluso cuando ya son diagnosticados, se hacen teleconsultas de seguimiento. Otra parte son enfermos que no van a ver a su médico porque tienen miedo de contagiarse de COVID en el hospital. Muchos médicos y hospitales han habilitado sistemas para que esos pacientes no pierdan meses sin consultar a su especialista y tengan una visita mensual aunque sea por videoconferencia.

- ¿Cómo la telemedicina puede ser un actor relevante en el enfoque de prevención de la salud?

Si puedes hacer que todas las mujeres de entre 25 y 50 años se hagan una mamografía al año, no te puedes imaginar la intervención preventiva que haríamos en cáncer de mama. Lo mismo pasa si hacemos un fondo de ojo a todos los diabéticos, podríamos prevenir miles de desprendimientos de retina. Si pudiéramos hacer electrocardiogramas a toda la población todos los años, encontraríamos cosas que no tienen expresión clínica, pero que van a provocar en el futuro problemas y podemos prevenirlo a tiempo. Todo lo que es la medicina de triaje, que es hacer pruebas a toda la población, sería revolucionario desde el punto de vista de la prevención a través de la telemedicina.

Comentarios