Un wearable para medir el pulso que funciona con energía solar
La creciente adopción de los dispositivos wearable puede tener una significativa influencia en el campo de la salud. Este tipo de electrónica, que llevamos en la muñeca, incluso en la ropa, tiene la suficiente tecnología para registrar parámetros biomédicos. Y este es el primer paso para monitorizar nuestro estado físico.
El terreno aún está por definir y también la metodología a la hora de actuar. La adopción de la tecnología ha ido más rápido que los hospitales y los profesionales sanitarios. Aunque estos y aquellos ya piensan en cómo se pueden enriquecer los historiales médicos con los datos que ofrecen estos wearable.
Sin embargo, la tecnología aún no está lo suficientemente madura. Los dispositivos comerciales no son todo lo exactos que necesita el campo médico. Y además tienen un factor que los invalida como instrumento de registro constante. Los smartwatch o smartband se quitan de la muñeca para cargarse. Así, la información no tiene una continuidad total.
A resolver este problema va encaminado el trabajo de un equipo de investigadores japoneses del Riken Center for Emergent Matter Science. De allí ha salido un nuevo sensor wearable para medir el pulso que se alimenta de energía solar.
Se trata de un dispositivo ultraflexible y sumergible, similar a un tatuaje con relieve. Integra un biosensor electrónico y un diminuto panel fotovoltaico de solo 10 nanómetros de anchura. La tecnología proviene de una celda fotovoltaica ideada por los propios investigadores para su uso en ropa.
Librarse de los cables
La obsesión de estos científicos ha sido librarse de los cables. El panel solar proporciona una forma de tener corriente de forma continuada, con ayuda de una pequeña batería, sin necesidad de cargar el dispositivo conectándolo a una fuente de alimentación.
El panel puede convertir en electricidad hasta un 10,5% de la energía en forma de luz que recibe. Una eficiencia que casa bien con los requerimientos energéticos del biosensor, que necesita menos de un voltio para funcionar.
Este sensor wearable que mide el pulso y otros similares podrían contribuir a detectar problemas de salud en las personas. Ello antes de acudir a un facultativo. Es decir, sería una primera llamada de alerta para saber que algo no va todo lo bien que debería ir. Mientras que en los hospitales se podría utilizar la ropa de los pacientes para monitorizar su recuperación.
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