Veneno de serpiente y sangre de búfalo para curar heridas
Las serpientes suelen provocar miedo a millones de personas en el mundo, aunque un descubrimiento científico en Brasil puede hacer que su veneno, que a menudo provoca muertes humanas, sea utilizado como remedio para las cirugías y para curar úlceras.
El Centro de Estudios de Venenos y Animales Venenosos (Cevap, por sus siglas en portugués), con sede en el estado de Sao Paulo (sureste), descubrió que el uso del veneno de las serpientes de cascabel con sangre de búfalo sirve como sellador de fibrina, una sustancia que se usa durante las cirugías para ayudar a cicatrizar heridas.
Las pruebas iniciales se hicieron con sangre humana, aunque los investigadores descubrieron que la sangre de búfalo resultaba más beneficiosa al cicatrizar las heridas cuando entraba en contacto con el veneno de cascabel.
El éxito en las pruebas realizadas hizo que en 2016, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal Paulista (Unesp), las autoridades sanitarias brasileñas autorizaran probar el inédicto medicamento en personas con varios tipos de heridas.
El resultado fue de una gran eficiencia a la hora de sellar cicatrices e incluso se utilizó como cura para casos de úlcera.
"El descubrimiento fue posible gracias a una donación de un empresario ganadero, que desde pequeño vio como su madre sufría con las úlceras y decidió, de forma voluntaria, colaborar en el experimento", explicó a Xinhua la doctora de la Unesp, Lucilene Delazari.
En la actualidad, este empresario tiene 100 cabezas de búfalo destinadas únicamente para esta investigación, con dos extracciones mensuales.
"Es un caso muy raro, porque deja de ganar mucho dinero para ayudarnos. Tiene estos búfalos aislados del resto de animales de su hacienda. Pasan rigurosos controles de sanidad, para adecuarse a los protocolos médicos internacionales", agregó el veterinario del Cevap, Rui Seabra.
"La sangre de búfalo no ofrece los riesgos que la sangre humana tiene para la fabricación del sellante, está libre de cualquier virus o parásito", explicó Sabra.
Una vez se extrae la sangre del búfalo y el veneno de las serpientes, éstos son introducidos en dos recipientes especiales.
De la sangre de búfalo se extrae fibrinógeno, una proteína soluble del plasma sanguíneo precursor de la fibrina y responsable de la formación de coágulos en la sangre.
Del veneno de las serpientes de cascabel se extrae la trombina, una enzima que actúa sobre el factor de coagulación de la sangre.
"Cuando se juntan el fribrinógeno y la trombina se activa una transformación molecular que crea la fibrina, una proteína más fibrosa que es la que ayuda a cicatrizar", precisó por su parte Delazari.
Por el momento, no se sabe cómo ni por qué ocurre el proceso, aunque la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) ordenó estudiar si el producto hace daño a los pacientes, algo que por el momento no se ha producido.
"Se trata de un tratamiento promisorio que todavía está en fase de estudio", señaló por su parte la doctora de la Unesp, Luciana Abbade, quien explica el éxito del inédito medicamento en decenas de pacientes.
"Las úlceras en los pies y las piernas es una enfermedad que podríamos decir, está descuidada, los pacientes buscan tratamiento pero no lo consiguen. Muchos de ellos ya no logran fabricar fibrina en su organismo, que ayuda a una cicatrización normal, por lo que este producto, además de ser biológico, tiene la ventaja que suministras algo que el cuerpo de estas personas ya no fabrica más y funciona", aseguró Abbade.
La intención del Cevap es lograr la autorización de la Anvisa para la producción a gran escala del medicamento con la finalidad de que forme parte del Sistema Único de Salud.
Para ello cedió la patente a una farmacéutica, la cual espera una demanda inicial de 10 millones de unidades.
Para ello se construyen con inversión privada unas instalaciones en las que se extraerá el veneno de 1.500 serpientes de cascabeles y la sangre de 250 búfalos, con la finalidad de garantizar una producción a escala nacional.
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