La transformación de los hospitales en un mundo digital

Martes, 15/11/2016

Mario Chao, Vicepresidente Sector Salud. everis América.


The world is moving so fast these days that the man who says it can't be done is generally interrupted by someone doing it.”

Elbert Hubbard, Escritor y Filósofo. (1856-1915)

Transformar. Hacer cambiar de forma a alguien o algo. Diccionario de la Lengua Española.

La transformación digital es un tema recurrente en los medios generalistas o especializados de todos el mundo. Todos los sectores y ámbitos sociales se ven impactados con mayor o menos intensidad por una ola transformadora de la cual los principales diarios, revistas y sitios web de información de todo el mundo dan cuenta. Por supuesto, la transformación digital también haya llegado al sector hospitalario, a veces incluso sin que los propios actores sean muy conscientes del impacto y profundidad de los cambios que vienen. En este sentido hay que entender la real dimensión del concepto de transformación digital.

Transformarse digitalmente no es “informatizar el hospital”, ni tampoco “hacer apps”, o “facilitarle al paciente que haga sus citas por Internet”, o dejar que el personal clínico y administrativo usen sus propios “smartphones o tablets”, ni tampoco es “abrir el perfil twitter o Facebook del hospital”. Si bien estos elementos pueden ser parte en un proceso de transformación, no podemos reducir la transformación al uso de unas tecnología concretas ni confundir las formas con el fondo.

La transformación digital es un proceso continuo y complejo, multidimensional, vinculado a factores sociales, económicos y tecnológicos que trascienden las paredes del hospital. Impacta la esencia misma de lo que somos y lo que hacemos. El primer paso real que debe asumir un gestor hospitalario es ganar conciencia que no hablamos de una moda o de “algo que hay que instalar”, sino, principalmente, implica un cambio de mentalidad de todo el proceso hospitalario para pensar en clave digital. Sin dudas un buen punto de partida parece obvio: colocar al paciente en el centro de esta transformación.


El paciente como centro

Los hospitales y la industria de la salud en general, viven actualmente en su propio mundo de dos velocidades: el crecimiento y la tecnificación imparable de procedimientos médicos y de técnicas diagnósticas (incluidos la robotización de algunos procedimientos verdaderamente complejos); los avances sorprendentes en los materiales de uso clínico (algunos de ellos generados con impresoras 3D), o el uso de medicamentos inteligentes o la terapia genética; que contrastan radicalmente con métodos organizativos tradicionales y burocráticos, con procesos de negocios lentos, inflexibles, y en la mayoría de los casos, aislados y desconectados de su realidad extramuros.

Incluso los hospitales más modernos, con instalaciones de construcción futurista, sofisticadamente equipados, e interesados en conceptos modernos de gestión, parecen caminar con pies de barro cuando lo miramos desde la perspectiva de la transformación digital… Pareciera que los gestores de estos hospitales hubiesen preferido el camino corto, comprando un nuevo traje tecnológico para vestir a los viejos procesos del siglo XIX, sin entrar realmente en pensar en la naturaleza misma y la razón de ser de la organización, con la mirada puesta en el siglo XXI.

Recordemos una obviedad, los hospitales existen para atender a pacientes, quienes a veces se sienten en estas organizaciones de salud como subidos a una línea de producción organizada en clave interna y no mirando precisamente sus necesidades y expectativas.

Es por ello que la verdadera transformación digital de los hospitales debe empezar entendiendo al paciente en su integralidad, comenzando como no, por la dolencia que le ha traído aquí (o mejor aún, evitando que llegue aquí), pero también por su contexto, su forma de vida, sus hábitos, su entorno familiar y social. Entender, además, que el paciente es y será cada vez más, un sujeto digital activo, con acceso a tecnologías que pueden y deben ser usadas como parte integral y natural de su proceso de atención y seguimiento. Las organizaciones de salud deben mirar realmente al paciente y organizarse para darle una atención eficiente y eficaz, desde lo humano y desde lo técnico.

La tecnología, lejos de alejar, puede y debe humanizar los “encuentros” y facilitar intercambios médico-paciente, a través de comunicación segura y confidencial médico-paciente.

Por supuesto, los pacientes quieren y demandan que su información sea usada integralmente y de manera inteligente. No hay nada más frustrante e irracional para el ciudadano/paciente del mundo actual, que recitar los antecedentes personales y familiares una y otra vez, incluso dentro de un mismo hospital. Los datos desintegrados son prácticamente un problema recurrente en toda América Latina, desde la falta de integración dentro del mismo hospital, o entre el hospital y su área de salud, por no mencionar los niveles administrativos y geográficos superiores (municipal, provincial, nacional, internacional).

Si lográsemos conectar la gran cantidad de datos producidos por las organizaciones de salud, y conectarlos inteligentemente con datos que el propio paciente poseen, o que otras instancias públicas o privadas pueda compartir del entorno social, económico y medioambiental donde el paciente está inmerso, pudiéramos hacer una gestión extraordinariamente diferente y exponencialmente más efectiva que la que hacemos hoy.

La gran oleada predictiva

En este sentido, la capacidad predictiva de algoritmos inteligentes será una fuente de innovación disruptiva para el sector hospitalario, tanto en los procesos clínicos como en la gestión administrativa y económica del sector hospitalario.

Un estudio realizado por ehCOS y everis NEXT, la mayor base de datos de startups del mundo, sobre tendencias en Inteligencia Artificial en el campo de salud, nos arroja datos reveladores de esta oleada predictiva: más de 5 billones de dólares invertidos en empresas emergentes en este prometedor campo.

Tal es el interés en este emergente segmento, que una encuesta realizada por Silicon Valley Bank a más de 120 ejecutivos de empresas tecnológicas vinculadas a salud, arrojo que los programas de Inteligencia Artificial, el Big Data aplicado al sector, e Internet de las Cosas serán las tres grandes áreas tecnológicas que producirán un impacto significativo tan pronto como a partir del ya cercano 2017.

La analítica predictiva está siendo utilizada por hospitales y otras organizaciones de salud punteras, para actividades de identificación y la estratificación de riesgo de pacientes relacionadas con una serie de condiciones crónicas y agudas, incluyendo la hepatitis C, la sepsis, el suicidio, los riesgos de salud mental, la adherencia a la medicación, la diabetes, entre otros.

Por otro lado, la proliferación de herramientas y dispositivos wearables y en general devices conectados, como monitores de fitness, aplicaciones de salud móvil, escalas para medir el peso, monitores de glucosa, o de presión sanguínea, entre otros, permite a los pacientes un grado de flexibilidad sin precedentes cuando se trata de la gestión y control de su propia salud.

Si aplicáramos la analítica predictiva a todo este inmenso caudal de datos que nos genera y aportan los propios pacientes, con aquellos que ya poseen los registros clínicos electrónicos hospitalarios, junto con otros datos externos generados sobre el entorno, los hospitales pudieran hacer verdaderos programas analíticos que le ayuden a fidelizar, retener y gestionar la salud de sus pacientes así como analizar el contexto de salud de la población que atienden con una visión más amplia y rica, concepto que cada vez gana mayor peso dentro de las iniciativas estratégicas de los hospitales modernos (population health management).

Sin embargo, es relevante hacer notar que sin estándares de interoperabilidad, modelos de gobierno de datos, y sobre todo, sin una estrategia digital integral, el inmenso caudal de información siendo generado se convierte sencillamente inmanejable y las inversiones en este ámbito no tendrán el retorno esperado por los gestores.


Un marco de trabajo conceptual para la Transformación Digital Hospitalaria

Para definir una estrategia digital resulta imprescindible tener una visión completa de los retos a los que nos enfrentamos en la relación con nuestros pacientes (visión externa) y cómo podemos satisfacerlos de la forma más eficiente ajustando la forma en que hacemos las cosas (visión interna). Sin este enfoque integral corremos el serio riesgo de ejecutar acciones parciales y/o desconectadas entre sí.

Desde luego, cualquier iniciativa de transformación digital no solo debe estar “alineada” con la estrategia del hospital, sino estar inmersa y ser parte misma. Los hospitales necesitan enfocar lo digital desde lo estratégico si quieren que realmente sea una palanca de transformación y cambios reales y ser un líder del presente y del futuro. No se trata de un “problema tecnológico” sino esencialmente de un cambio en el mindset.

Para ayudar a las organizaciones de salud en este complejo proceso, everis ha conceptualizado un marco de trabajo que integra diferentes elementos a ser tenidos en cuenta en la transformación digital hospitalaria, con sus interrelaciones y dependencias. Utilizar este, o cualquier otro framework conceptual existente en el mercado, le puede ayudar en las fases iniciales para organizar su trabajo.


Los hospitales de América Latina frente a estos retos

Para terminar hago unas preguntas para todos aquellos que trabajamos en el sector hospitalario latinoamericano. ¿Estamos preparados para esta era de transformaciones? ¿Será otro momento en la historia social, económica y tecnológica de la región, donde dejemos pasar la oportunidad de re-pensarnos y nos conformaremos con ser espectadores o, en el mejor de los casos “reproducir” lo que otros hacen sin adaptarlo a nuestra realidad? En resumen, ¿seremos verdaderos protagonistas del cambio?

Como hemos visto antes, no solo se trata de modernizar infraestructuras o tecnológicas médicas. Necesitamos sobre todo un cambio de mentalidad, un cambio cultural profundo. Algunos hospitales de la región están en perfectas condiciones para definir un camino propio, transformador, alineado con las mejores tendencias globales, pero adaptado a su realidad local. Otros seguirán pensando que es una moda pasajera.

Los hospitales públicos por su parte, requerirán del empuje y el convencimiento de sus gobiernos, los cuales deben entender que en buena parte, la sostenibilidad del sistema sanitario de sus países dependerá del grado con el cual abracen estos cambios.

A final de cuentas, los hospitales que emerjan como líderes del futuro, no serán aquellos que facturen más o tengan mejores ratios de EBIDTDA, sino quien sepa interpretar mejor el momento social, económico y tecnológico actual.


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