Trasplante de cabeza: ¿ficción o realidad?
Aunque la comunidad científica cree que es un delirio, el italiano Sergio Canavero asegura haber logrado con éxito esa intervención en un mono.
El Espectador. Una fotografía publicada en el portal New Scientist, en la que se ve a un primate con suturas en el cuello, ha vuelto a encender un viejo debate científico que muchos asimilan con la ciencia ficción: los trasplantes de cabeza. La imagen pertenece al neurocientífico italiano Sergio Canavero, director del Grupo de Neuromodulación Avanzada de Turín, y, según él, es la mejor muestra de que es posible llevar a cabo esta intervención quirúrgica en humanos.
Canavero viene anunciando la idea desde hace más de un año y, pese a la infinidad de críticas que ha recibido desde entonces, ha vuelto a encender la discusión. Además de la foto, hizo público un video de una rata que, luego del trasplante, recobra la movilidad de su cuerpo. “Llevo tres años diciendo que este tipo de trasplante es posible y todo el mundo me tomaba por loco”, dijo el médico al diario El Mundo de España.
Sin embargo, muchos colegas han reiterado su escepticismo hacia una técnica que jamás se ha podido comprobar y que, según sus cálculos, está lejos de poder realizarse. Además les resulta muy molesto (lo tildan de grave falta) que Canavero haya preferido publicar sus supuestos logros en un medio de comunicación antes de hacerlo en una revista científica avalada.
“Ahora que estoy seguro de que es posible, he querido anunciarlo cuanto antes. Los resultados se publicarán en los próximos meses en dos prestigiosas publicaciones académicas: Surgery y CNS Neuroscience & Therapeutics”, les respondió en el diario ibérico.
En pocas palabras, este especialista italiano sugiere que si se hace un corte extremadamente fino en la médula espinal aumentan las posibilidades de reconexión nerviosa. Al hacerlo aplicaría una sustancia llamada polietilenglicol, que ha demostrado ser útil en la fusión de tejido nervioso. Esos dos factores, según Canavero, crearían la posibilidad de que de 10 a 15% de los axones (los “cables” de las neuronas, por los que viajan los impulsos eléctricos) se reconecten y restablezcan el paso de mensajes entre el cerebro y el cuerpo.
En el caso del primate de la foto no sucedió así, pues para el italiano resultaba poco ético mantenerlo con vida durante tres o cuatro semanas, tiempo en el que supuestamente empezaría a recobrar la movilidad. De acuerdo con su versión, las próximas intervenciones las hará con humanos cerebralmente muertos. En teoría, ya tiene un candidato ruso que podrá ser sometido a la operación en 2017. Dice que está en negociaciones con ese país para conseguir los US$20 millones que necesitará.
Pero aunque su versión suene fascinante y sea la continuación del trasplante de cabeza de un mono que hizo hace unas cinco décadas el cirujano Robert White, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Cleveland, lo cierto es que su sueño aún está lejos de concretarse. “Pese a que la investigación experimental en el trasplante de órganos ha avanzado de manera considerable, el trasplante e implantación de cabezas plantea retos importantes y aún insolubles, como el mantenimiento de la función de las partes y en particular de los tejidos nerviosos”, dijo hace meses Enrique Monsalve, neurocirujano del hospital San Rafael de Bogotá.
Su versión la confirmó Richard Borgens, director del Centro de Investigación de Parálisis en la Universidad de Purdue (EE. UU.), en la misma revista donde se publicó la foto del mono: “No existe evidencia de que la conectividad entre la médula y el cerebro conduzca a recuperar las funciones sensitiva o motora”.
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