Un test de orina podría detectar la enfermedad renal crónica

Lunes, 07/12/2015

Se trata de un avance que generará menos costos para pacientes y hospitales, facilitando el tratamiento inicial.

En la enfermedad renal crónica los pacientes no pueden filtrar la sangre tan bien como los que tienen un riñón sano. En los casos de enfermedad terminal requieren diálisis o trasplante de riñón. Pero confirmarla no es simple ni barato: se requiere una biopsia renal que tiene un alto costo. Ahora ese panorama podría cambiarse por medio de un simple examen de orina.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan (UM), en colaboración con científicos europeos y chinos, dirigido por los doctores de la UM Matthias Kretzler, nefrólogo, Wenjun Ju, biólogo de sistemas renales y Viji Nair, bioinformático, descubrió una prueba que detecta a los pacientes que pueden desarrollar la enfermedad midiendo una molécula en una prueba de orina.

La molécula medida es una proteína llamada “Factor de crecimiento epidérmico” y puede indicar si el paciente está en riesgo de una enfermedad renal en etapa terminal. Cuando la proteína baja, es señal temprana de la disminución de la función renal, por lo que indica que un paciente está en riesgo.

El equipo trabajó con el European Renal cDNA Bank y el  instituto de investigación clínica y traslacional Joint Institute for Translational and Clinical Research, una colaboración entre el Centro de Ciencia de la Salud de la  Universidad de Pekín y la UM, analizaron biopsias de tejido renal de pacientes con enfermedad renal crónica en toda Europa y los EE.UU e identificaron el factor de crecimiento epidérmico como una molécula de interés en la enfermedad renal. Los investigadores validaron sus hallazgos en muestras de orina de más de 940 pacientes en América del Norte, Europa y China.

La investigación se publicó en la revista Science Translation Medicine, explica que los pacientes con bajo factor de crecimiento epidérmico urinario tenían cuatro veces más probabilidades de empeorar que los que retuvieron la función normal del factor de crecimiento epidérmico en sus riñones.

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