Uruguay: Ministerio de Salud podría asegurar el "parto sin dolor"

Lunes, 07/11/2016

Actualmente la inyección epidural, que reduce el dolor al momento de parir, tiene un costo que se acerca a los US$ 1.000.

El Observador. "Si cero es nada y diez es lo peor, ¿qué número le das a tu dolor?". "¡Un diez, un diez!". La pregunta la realizó el jefe del servicio de gineco-obstetricia del Departamento de Anestesia de la Facultad de Medicina, Carlos Álvarez. La respuesta la dio –o mejor dicho, gritó– Elisa (nombre ficticio), una mujer de 27 años, que esperaba en una sala del Centro Hospitalario Pereira Rossell el nacimiento de su segunda hija. Era la hora 8:30 de la mañana y ella y su pareja estaban en el hospital desde las tres de la tarde del día anterior. Con cada contracción, Elisa respiraba profundo para aguantar el dolor. Uno, dos, máximo tres minutos de descanso y de nuevo a respirar.

Álvarez ingresó junto a dos residentes de anestesiología y un anestesista grado 2 a la sala donde se encontraba Elisa. Los médicos le explicaron a la joven que venían a ofrecerle una analgesia para calmar el dolor: la epidural. Aceptó al instante. "Quedate flojita, sentate y dejá las manos adelante", le dijo una de las residentes. La otra le hablaba al oído para intentar calmarla.

Pasaron siete minutos entre que la residente preparó los implementos y colocó el catéter con la medicación en la espalda de Elisa, en la zona lumbar. Y tan solo un minuto después, ante la misma pregunta de Álvarez, la respuesta de la joven fue totalmente diferente: "Estoy bárbara". Se acostó con cuidado y respiró aliviada.

Hace cinco años que esa analgesia para aliviar el dolor del parto es gratuita en el Pereira Rossell y se da por un convenio entre la Facultad de Medicina y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Pero la epidural no es gratis para todas las mujeres. En Uruguay, solamente la reciben sin tener que pagar las pacientes del Pereira Rossell, Hospital de Clínicas y la Asociación Española. En el resto de los centros de salud del país, el arancel de la Sociedad de Anestesia, es decir el dinero que cobra el anestesista como honorario, es de cerca de US$ 1.000. El contrato es particular entre quien la solicita y el especialista.

El precio, justifican los antestesistas, está pautado por la necesidad de tener disponible al médico, que debe estar todo el tiempo acompañando a la paciente. Según dijo Álvarez a El Observador, no se necesita una habilidad en particular para aplicarla, aunque sí práctica. Un especialista debe haber realizado unas 30 analgesias a través de esa zona de la columna, pero no obstétricas, antes de poder aplicar la epidural.

Desde hace varios años, los anestesistas proponen que todas las mujeres puedan recibirla de manera gratuita, es decir que se incluya dentro del paquete de prestaciones que ofrecen las mutualistas.

¿Por qué? Además de la posibilidad de ampliar un mercado que les deja dinero, los profesionales afirman que se trata de la técnica más efectiva para aliviar el dolor y que, por ende, lleva a que una mujer pase de "un dolor incontrolable" a "disfrutar del momento del parto".

Es decir, que la mujer pueda decidir si quiere sentir o no el dolor de las contracciones pero que esa decisión no esté limitada por un precio que se acerca a los US$ 1.000.

Uno de los objetivos sanitarios del Ministerio de Salud Pública (MSP) para el quinquenio es la humanización del parto. En esa línea, una de las discusiones planteadas por la cartera es que la analgesia epidural se incluya en el Sistema Nacional Integrado de Salud. Fuentes del MSP dijeron a El Observador que aunque todavía no se ha comenzado a discutir, es uno de los temas que se contempla.
Por ahora, en el Pereira Rossell se brinda el servicio en determinadas horas y, a su vez, se les enseña la técnica a los residentes de anestesiología.

La epidural y el parto seguro

Para los anestesiólogos, aplicar la epidural no colabora solo con la humanización del parto, sino con darle a la mujer mayor seguridad. Mauricio Vasco Ramírez, especialista colombiano invitado por a un congreso, realizado el mes pasado en Uruguay, afirmó a El Observador que tener un anestesista presente en la previa del parto es una garantía para la madre. Que se sume un especialista al equipo médico colabora si existe alguna complicación. "Se ha demostrado que cuando una mujer tiene una complicación, 90% de las veces participa un anestesiólogo en el equipo de trabajo", indicó.

La semana pasada, en un día de trabajo "normal" y en tan solo dos horas, el equipo de anestesiología del Pereira Rossell aplicó la epidural a Elisa y a otras cuatro mujeres. Dos de ellas pidieron unos minutos para pensar y discutir con sus parejas si se la aplicaban o no. Las otras, la pidieron a gritos. El final de la historia fueron cinco partos naturales y sin complicaciones.

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